Los de Raúl Agné llegan al parón navideño a un solo punto de la zona de descenso tras su derrota en Xerez. El buen juego mostrado no se ha transformado en resultados, y los rojiblancos llevan ya seis jornadas sin ganar.

Los de Raúl Agné llegan al parón navideño a un solo punto de la zona de descenso tras su derrota en Xerez. El buen juego mostrado no se ha transformado en resultados, y los rojiblancos llevan ya seis jornadas sin ganar.

En el fútbol lo que cuenta, en definitiva, es que la pelota entre en la portería. De poco sirve que el envoltorio de un regalo sea precioso, si lo que hay dentro es una caja vacía, igual que una buena jugada es poco eficiente si acaba en gol. El gran problema con el que se está encontrando el Girona es su poca capacidad para sentenciar, para convertir en gol sus llegadas al área.

Tal como Raúl Agné constató hace dos semanas en rueda de prensa, tras el empate ante el Celta, el gran valor de este equipo es que intenta proponer algo atractivo. Su juego se basa en quitar el balón al contrario, y hacer que éste deba correr detrás del esférico en su propio campo. Al Girona le gusta jugar en tres cuartos de campo contrario, aunque eso no se traduce las suficientes veces en acierto de cara a portería. Es, sin duda, una de las asignaturas que más debe repasar el cuadro gerundense si no quiere que le siente mal el turrón en los exámenes a partir de enero.

Definir las ocasiones
A lo largo de la liga, y sobretodo en los últimos encuentros, el Girona no ha sabido sentenciar los encuentros cuando más favorables los tenia. Ante el Salamanca y el Celta en casa, los rojiblancos supieron remontar un gol inicial recibido en la primera parte, para luego dominar la segunda. Pese a igualar ambos duelos, la rúbrica nunca llegó aun teniendo el dominio absoluto del balón y varias buenas ocasiones.

Otro caso bastante repetido a lo largo de la temporada es el que se produjo en Xerez. Los gerundenses, haciendo gala de su juego ofensivo, se adelantaron en el marcador, teniendo el control absoluto del partido. Sin embargo, no supieron mantenerlo y vieron como el rival les remontaba un partido más. Y es que ya es la cuarta vez que esto les ocurre, la tercera fuera de casa. El caso más llamativo se produjo en la quinta jornada, cuando los de Agné recibieron al Villarreal B. Todo parecía ir sobre ruedas con el 2-0, pero incomprensiblemente los gerundenses no supieron mantener el resultado y pagaron con la única derrota en Montilivi esta temporada. Frente a Alcorcón y Betis, a domicilio, se avanzaron con un gol para luego ver como un rival más efectivo se aprovechaba de sus errores para remontar.

Estrategia defensiva
Todo equipo tiene sus lagunas, y una de las más notables del conjunto de Raúl Agné es la concentración y la preparación de la defensa en las jugadas a balón parado. De los 24 goles recibidos a lo largo de la liga, 11 se han producido en un saque de esquina o en una falta colgada al área. Son muchos, demasiados, y lo más preocupante es que normalmente son más por un fallo del defensor que por un acierto del atacante.

Muchos de ellos han servido para dar vida al rival. El Betis remontó el 0-1 con dos tantos en saques de esquina. Salamanca y Celta consiguieron avanzarse en Montilivi en la misma situación. El último caso es el del Xerez, que dio la vuelta al marcador adverso con dos remates de cabeza en jugadas a balón parado. Los jugadores y el entrenador asumen su parte de culpa en estas situaciones, pero deben trabajar este aspecto que puede revitalizar a un rival cuando más muerto parece.

Encuentros a domicilio
Si las jugadas a balón parado son la primera asignatura a recuperar, los partidos lejos de Montilivi les siguen de cerca en segundo lugar. El Girona es uno de los tres equipos que todavía no ha conseguido una victoria fuera de casa. Pese a visitar estadios complicados, en líneas generales los gerundenses han podido mostrar su fútbol, eso sí, sin obtener los resultados esperados.

En algunas ocasiones ha conseguido adelantarse, como contra el Alcorcón o el Betis, y en otras ha conseguido igualar un duelo prácticamente perdido en el último suspiro, como en Las Palmas. De una forma u otra, el resultado nunca son los tres puntos, algo en lo que se debe trabajar para tratar de eludir la zona baja.

Por contra, en casa el Girona se está destapando como un conjunto de los más fiable. Los 15 puntos conseguidos como son los que mantienen al equipo a flote y justo por encima de las plazas de descenso. Todos los rivales que han pasado por Montilivi han tenido que sudar y sufrir para llevarse algún punto, algo que debe seguir produciéndose para, junto con una leve mejora fuera de casa, mantener al equipo en la división de plata.

El primer encuentro del 2011 se disputará precisamente en Montilivi, frente al Cartagena. El Girona seguirá así con su particular travesía contra rivales de la zona alta. Si en sus últimos cinco partidos los de Agné se han visto las caras con cinco de los ochos primeros clasificados, en los dos siguientes se las verán con dos más (Cartagena y Barcelona B). El tiempo de reflexión ha empezado, y hasta el 2 de enero los gerundenses deben encontrar las claves para alejarse de nuevo de un descenso que tienen a solo un punto.