Tras el inoportuno parón del Granada hace dos semanas, cuando no pudo disputar su encuentro como visitante ante el Tenerife, debido al caos ocasionado por los controladores aéreos, los de Fabri recibieron al Nàstic de Tarragona el domingo en Los Cármenes, en lo que fue una nueva exhibición de “pegada” y buen juego, logrando una cómoda victoria por 6-1.
Desde que los nazaríes se enfrentaron, en el primer partido liguero como locales, al Valladolid, donde fueron mejores pero no pudieron remontar el tempranero gol visitante, los granadinos sólo han cedido dos empates, ante el Rayo, donde merecieron más, y ante el Córdoba, siendo el resto de los partidos vencidos y con solvencia, ofreciendo en muchas ocasiones un nivel muy alto.
La cosa cambia mucho cuando el Granada es el visitante. Los de Fabri suelen salir “dormidos” y es muy frecuente que encajen un gol en los primeros quince minutos de juego, lo que complica mucho el partido y a pesar de mejorar en las segundas partes, ya se hace muy difícil sacar al positivo.
Y es que si el Granada quiere optar al ascenso, a pesar de que Fabri se empeñe en decir que el objetivo es la permanencia, debe salir mucho más concentrado en los primeros minutos de los partidos, que juega fundamentalmente como visitante, parando más el choque y haciéndose con el mismo conforme vayan avanzando los minutos, como el mismo Íñigo López reconoció la semana antes en la que el Granada se debía enfrentar al Tenerife.
Si los granadinos dan este paso al frente y consiguen sacar resultados interesantes de vez en cuando fuera de Los Cármenes y siguen manteniendo el magnífico nivel de hasta ahora como locales, en el mes de mayo, seguramente no se esté hablando del Granada como un recién ascendido, sino como un claro candidato a estar en primera división la próxima temporada... plantilla no le falta.