La actualidad en Cantabria tiene nombre y apellidos. 29 años, catalán, centrocampista del Racing de Santander y que este domingo volvió a vestir la elástica verdiblanca tras casi ocho meses en el dique seco por culpa de una gravísima lesión de ligamentos en su rodilla izquierda. Fue quien sustituyó a Kennedy a falta de 3 minutos para acabar el partido… y no se lo pensó ni un segundo. Se hizo con el balón, disparó con toda su alma y colocó el balón en la mismísima escuadra de la portería de Aouate. Golazo, primera victoria racinguista a domicilio y el equipo parece haber vuelto a encontrar el camino de la victoria. Ahora bien, quien realmente vuelve, y de qué forma, es él: Óscar Serrano Rodríguez.
Y eso que el partido no era nada fácil. Ni para el propio jugador ni sobre todo para quien decidió darle entrada al terreno de juego, Miguel Ángel Portugal. El cuestionado entrenador racinguista se jugaba gran parte de su futuro ante el Mallorca y no se podía permitir otra humillación más fuera de casa.
Hubo cambios, sobre todo en defensa. La idea estaba clara desde el primer minuto: buscar solidez defensiva y no permitir que el partido terminase ya en la primera parte. Y aunque el equipo mejoró sustancialmente en este aspecto, de no ser por su guardameta Toño, el análisis del partido podría ser completamente diferente. El portero racinguista fue claro protagonista, además del propio Serrano, con varias intervenciones que pudieron decantar el encuentro del lado balear.
Buscando el 0-0 llegó el regalo navideño
Por si quedaban todavía dudas del planteamiento táctico, Portugal realizó su último cambio en el descuento para perder tiempo y firmar el empate a cero. Pero el destino quería que ese día fuera especial para el de Blanes. Su gol pilló por sorpresa a todos, hasta al propio Serrano, que no supo ni cómo celebrarlo en el campo.
Pero quien no daba crédito era Portugal que veía cómo un cambio, para amarrar un empate, se convertía en tres puntos de oro, vitales para su continuidad en el banquillo racinguista.
El Racing adelanta así sus regalos de estas Navidades. Una victoria para afrontar el último partido antes del parón navideño, contra el Hércules, con la autoestima por las nubes; un buen balón de oxígeno para el entrenador y para el banquillo que no pasaba por sus mejores momentos; y el más preciado de todos, sin lugar a dudas: un fichaje de invierno adelantado, el de Óscar Serrano.