Otra vez la eterna contradicción de ‘Toti’. Nos referimos a la actitud de la Mesa de las Cortes de Castilla y León que ha denegado la comparecencia de uno de los presuntos implicados en el 'Caso Gürtel' en la Comunidad. Llama la atención esa negativa, sobre todo porque hace unos días José Manuel Fernández Santiago - Presidente de las Cortes - se alegró porque al menos a partir de ahora podría defenderse.
De nuevo Fernández Santiago ha escondido su cobardía tras la abrumadora mayoría de su partido en las Cortes de Castilla y León. No tiene ningún sentido que el órgano de gobierno de la Cámara rechace que el presidente dé explicaciones sobre el presunto cobro de una comisión ilegal. Cuando uno es inocente es fácil dar la cara, porque no hay posibilidad de que se la partan. El hecho de esconderse tras la citada mayoría y el cargo nos da mucho que pensar. Y precisamente en línea contraria a la presunción.
La petición de comparecencia del presidente la ha conocido hoy la Mesa de las Cortes y ha sido rechazada con un informe jurídico. El Grupo Socialista sostiene que hay precedentes, por lo que volverá a pedir la reconsideración del acuerdo de la Mesa. Pero ya se sabe. ¿Cuál es la representación de esa Mesa? Tres representantes del PP y dos del PSOE. ¿Conocen la respuesta? Pues yo también.
"Si no hay nada que ocultar, como dice el PP, lo normal era que este grupo hubiera pedido la comparecencia", en palabras del representante socialista. Lo cierto es que Fernández Santiago ha tenido "una oportunidad de oro para tomar la palabra" en las Cortes. Si es cierto que siempre aludía a la "indefensión", porque siempre aparecía en los medios como persona investigada por presunto cobro de comisiones ilegales, nunca entenderemos la cobardía y el grado de aturdimiento que muestra. Con esa actitud, Fernández Santiago está dando pistas para que el TSJ de Castilla y León tenga serios indicios de culpabilidad. Ya saben que muchas veces se empieza por las contradicciones y se acaba en medio del charco.
Para la ciudadanía de Castilla y León lo que debería de haber hecho el presidente de las Cortes es dejar a un lado a su partido y voluntariamente comparecer en la Cámara. Empezaríamos a pensar que es inocente si tuviera la gallardía de decir: "¡señores procuradores, aquí estoy, pregúntenme. Y si tienen agallas pongan las pruebas sobre la Mesa. Voy a ponerles a ustedes frente a su propia inutilidad!". Pero, no. Ha demostrado que le tiemblan las piernas y que es un poco más culpable. Si la provincia de Ávila llega a presentarle en las próximas listas electorales, sería algo así como si Herrera Campo se liara la manta a la cabeza y comenzara a repartir puñetazos entre los ciudadanos de León y de Castilla. Sin duda, algo estaría ocultando. En palabras de Khalil Gibran: “el lobo devora al cordero en la oscuridad de la noche, pero las manchas de sangre subsisten para acusarlo al día siguiente”.