Tras un debut dubitativo y varios altibajos, el canadiense ha vuelto a demostrar quien es. Ante Lagun Aro pudimos apreciar la envergadura que puede llegar a tomar el 23 de la Penya.

Por eso se le fichó. Así le quieren ver en Badalona. No es casual que dos veranos atrás la Penya ya tanteara el nombre de Carl English para apuntalar a su equipo. Y es que el canadiense pasó a un segundo plano de notoriedad tras una temporada en Vitoria en la que no pudo gozar del protagonismo que anhelara. Ante Lagun Aro, el ex de Gran Canaria se puso la estrella de sheriff y exhibió ante toda la gala el por qué del cómo.

Poco a poco, paso a paso, Carl English vuelve a recuperar las sensaciones que tan buenos resultados le trajeron a título personal cuando llegó a la liga ACB. El Gran Canaria fue su escaparate, Baskonia su comprador al alza. Le creyeron fiambre; ahora el verde y negro son los colores para su redención. Para ello, el 23 del DKV patentó en cancha que sí es capaz de asumir los galones de líder en este equipo casi imberbe y que además, sabe resurgir cuando más se le necesita.

Así es el Basket. Tres cuartos desperdiciados, un rival superior en todas las parcelas del juego pero un adalid en pista. Quedan 16 segundos. El número 23 captura un rebote ofensivo. Sube el equipo. Marca jugada, es hora de demostrar los 29 años de carrera ante mozuelos como Franch o Tomás. Canasta y marcador decantado. Mejor anotador de los suyos junto con Will McDonald y una valoración final de 16 puntos.

Son detalles que marcan la diferencia a la postre. Cuando vemos la clasificación, observamos que la Penya alardea de un parcial total que lo iguala con su vecino azulgrana: 7 victorias y 3 derrotas. Es en estos momentos cuando debemos acordarnos de esa última canasta, cuando solo quedaban 16 segundos.