Haciendo valer el símil de la etapa pirenaica por excelencia de la ronda ciclista gala, el Córdoba afronta en las dos próximas semanas, tres compromisos, que sin duda, marcarán el sabor de boca de fin de año y el devenir del conjunto blanquiverde en la presente temporada. Sin embargo, la “complicada etapa” que le viene encima al equipo ribereño, le viene en un momento de “pájara total”: tres empates en cuatro partidos son el bache más importante en cuanto a resultados que está atravesando el conjunto de Alcaraz a lo largo de esta temporada.
El calendario relativamente cómodo que no ha sabido aprovechar para pegar el salto en la clasificación que se le exige, da paso ahora a tres compromisos cargados de dificultad. El próximo sábado rendirá visita al líder de la categoría; un Betis firme en el primer puesto de la tabla, que sin duda, no pondrá fáciles las cosas para sacar algo positivo del feudo bético en virtud del juego desplegado en las últimas jornadas y la abismal diferencia de presupuesto entre ambos conjuntos.
El segundo rival de postín llegará la semana que viene, cuando los blanquiverdes reciben a un recién descendido como el Valladolid, que a pesar de estrenar entrenador recientemente, será duro rival para los de Lucas Alcaraz. Y sólo tres días después, afrontará el compromiso tan ilusionante como complicado de los octavos de final coperos frente al Deportivo de la Coruña en el Arcángel.
Pero más allá de lo puramente deportivo, lo que más preocupa esta semana en el entorno blanquiverde, es la inminente posible venta del equipo a un grupo inversor italiano. El secretismo de la negociación es total. Así se evita que se ponga en peligro el importante acuerdo para la subsistencia de un club con una delicada situación económica y darle un empujón en el mercado de invierno en forma de fichajes, con expectativas más ambiciosas de cara a la segunda vuelta.