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Vicente Cuquerella

La vida sigue igual

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Sólo una victoria que nunca llegue puede variar la crisis institucional y deportiva en la está inmerso el Albacete Balompié

Como si de la conocida canción de Julio Iglesias se tratase, la marcha del Albacete Balompié continúa inalterable al paso del tiempo. Desde el pasado 25 de septiembre en el que se ganó al Real Betis, el cuadro de Antonio Calderón no conoce la victoria. Esta mala racha que poco a poco se está convirtiendo más en una enfermedad crónica que en otra cosa ha llevado al equipo a situarse en puestos de descenso e incluso a ocupar durante la pasada jornada el farolillo rojo.

Lo más curioso es que esta situación era algo que muchos preveían a principio de temporada dadas las dudas que despertó la confección de la actual plantilla. Muchas voces se alzaron entonces contra una secretaría técnica carente de recursos económicos y de imaginación para sobrevivir sin ellos. A todo esto, hay que añadir la ley concursal en la cual se encuentra inmerso el equipo, y que ata, de pies y manos, a la entidad manchega a la hora de poder realizar incorporaciones que consigan solventar, una vez más, la situación.

Y dentro de esta vorágine, el pasado jueves 2 de diciembre, se celebró la junta anual de accionistas que se convirtió, otra vez, más en un arma arrojadiza contra el anterior consejo de administración que en una verdadera asamblea. Y es que, desde hace varios años, la paz dejó de lado a este equipo. Las malas relaciones entre los diferentes grupos accionariales convierten el día a día de esta entidad, otrora simpática y bien vista en toda España, en un sinfín de “dimes y diretes”. Y mientras tanto, la casa sin barrer, es decir, el equipo en una situación deportiva insostenible.

En el ámbito meramente deportivo, otra semana más hay que aferrarse a la mínima reacción mostrada por el equipo durante la última jornada, esta vez, en forma de empate en Cartagena. Sin embargo, son ya muchos los días esperando esa tabla de salvación en forma de victoria y cada día, un poco más, la afición pierde esa ilusión que alcanzó con el buen arranque liguero y, a cuentagotas, las gradas del Carlos Belmonte se vacían sin remedio.

Así las cosas, Antonio Calderón cuyo puesto, a pesar de la mala situación parece no peligrar, tendrá una oportunidad más de cambiar las cosas frente a una de las sensaciones de la actual liga Adelante, el Barcelona B de Luis Enrique, que está desarrollando un juego vistoso a la par que efectivo durante toda la campaña. Difícil rival para intentar que las cosas cambien.

La vida sigue igual

Vicente Cuquerella
Vicente Cuquerella
martes, 7 de diciembre de 2010, 18:20 h (CET)
Sólo una victoria que nunca llegue puede variar la crisis institucional y deportiva en la está inmerso el Albacete Balompié

Como si de la conocida canción de Julio Iglesias se tratase, la marcha del Albacete Balompié continúa inalterable al paso del tiempo. Desde el pasado 25 de septiembre en el que se ganó al Real Betis, el cuadro de Antonio Calderón no conoce la victoria. Esta mala racha que poco a poco se está convirtiendo más en una enfermedad crónica que en otra cosa ha llevado al equipo a situarse en puestos de descenso e incluso a ocupar durante la pasada jornada el farolillo rojo.

Lo más curioso es que esta situación era algo que muchos preveían a principio de temporada dadas las dudas que despertó la confección de la actual plantilla. Muchas voces se alzaron entonces contra una secretaría técnica carente de recursos económicos y de imaginación para sobrevivir sin ellos. A todo esto, hay que añadir la ley concursal en la cual se encuentra inmerso el equipo, y que ata, de pies y manos, a la entidad manchega a la hora de poder realizar incorporaciones que consigan solventar, una vez más, la situación.

Y dentro de esta vorágine, el pasado jueves 2 de diciembre, se celebró la junta anual de accionistas que se convirtió, otra vez, más en un arma arrojadiza contra el anterior consejo de administración que en una verdadera asamblea. Y es que, desde hace varios años, la paz dejó de lado a este equipo. Las malas relaciones entre los diferentes grupos accionariales convierten el día a día de esta entidad, otrora simpática y bien vista en toda España, en un sinfín de “dimes y diretes”. Y mientras tanto, la casa sin barrer, es decir, el equipo en una situación deportiva insostenible.

En el ámbito meramente deportivo, otra semana más hay que aferrarse a la mínima reacción mostrada por el equipo durante la última jornada, esta vez, en forma de empate en Cartagena. Sin embargo, son ya muchos los días esperando esa tabla de salvación en forma de victoria y cada día, un poco más, la afición pierde esa ilusión que alcanzó con el buen arranque liguero y, a cuentagotas, las gradas del Carlos Belmonte se vacían sin remedio.

Así las cosas, Antonio Calderón cuyo puesto, a pesar de la mala situación parece no peligrar, tendrá una oportunidad más de cambiar las cosas frente a una de las sensaciones de la actual liga Adelante, el Barcelona B de Luis Enrique, que está desarrollando un juego vistoso a la par que efectivo durante toda la campaña. Difícil rival para intentar que las cosas cambien.

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