“Pasen y vean. Disfruten. Pasarán años, muchos quizá, para llegar a ver tal espectáculo futbolístico en un terreno de juego comprimidos en noventa minutos de ensueño. Tanta calidad, tanto talento en once jugadores que dejan su huella en la Historia del balompié. Y es que los hombres de Guardiola castigaron al Madrid con un auténtico recital. Por juego, por estilo y por carácter. Ganó el fútbol, arrolló el Barça. Gracias”. Así empezaba la crónica del partido...
Porque se veía venir. Si más no, se podía intuir. Desde el análisis semanal de Diario Siglo XXI ya avisamos unos días antes del Barça-Real Madrid cuál sería el devenir del encuentro. El título así lo refrendaba: “¿Alguien duda de la victoria del Barça?”. Y es que la victoria del conjunto de Pep Guardiola, con un estilo de juego único e inigualable, era poco más que previsible.
Ambos equipos afrontaban el Clásico del Siglo en un estado de forma inmejorable. El Real Madrid del siempre soberbio José Mourinho se plantaba en la Ciudad Condal sin conocer la derrota y, esta vez sí, los merengues tenían la esperanza de doblegar al mejor equipo del mundo y encima en su propio feudo. Craso error.
En juego estaban algo más que tres puntos. El prestigio, el honor y la credibilidad. El resultado: humillación y manita que quedará en los anales de la historia, con un ridículo blanco sucumbiendo al monopolio futbolístico culé. Y además, el mundo entero se paralizó para ver tal espectáculo y pudo comprobar la superioridad aplastante del 'Pep Team'.
La mejor respuesta posible
Mientras en la Capital intentaban abrir el cruce de declaraciones para provocar a los futbolistas culés, en Can Barça evitaron entrar en el juego provocador y se manifestaron en el terreno de juego con argumentos futbolísticos. Porque es su grandeza.
Y es que con un juego colectivo de ensueño, los jugadores azulgranas contestaron en el rectángulo de juego a la agitación madrileña. Porque Cristiano, no fueron ocho, pero casi. La manita final y el juego desplegado por los barcelonistas quedará marcado para siempre en el recuerdo. Un ejemplo de buen fútbol, sencillez y humildad. Chapeau, Barça.
El tiempo dirá si este equipo será el mejor de la Historia. Por ahora, el sabio Pep ya ha alertado a sus jugadores: no se ha logrado nada. Tras tres impresionantes goleadas consecutivas -ante Almeria, Panathinaikos y el eterno rival- la euforia en el entorno culé se ha disparado.
Sin embargo, el técnico de Santpedor ya ha avisado a los suyos y no quiere caer en la autocomplacencia. Este fin de semana se juegan el liderato en el Reyno de Navarra, y de nada servirá el vendaval ante los merengues si ceden puntos en la visita al siempre complicado campo de Osasuna. El SúperBarça no ha hecho más que empezar a escribir parte de la Historia del balompié.