Pese a que el Girona no conoce la victoria desde hace prácticamente un mes, su racha no es del todo negativa. Llevan seis partidos sin perder, con dos triunfos y cuatro empates, y su juego va cada semana a mejor. Unos registros que invitan más al optimismo que al pesimismo.
El Girona perdonó al Salamanca en la última jornada, en la que jugó más de media hora con un jugador más. A los de Raúl Agné les faltó capacidad goleadora, ese instinto matador para golpear al rival cuando está más débil. Al punto conseguido le faltaba algo, ya que los rojiblancos gozaron de varias oportunidades para sentenciar el partido, pero no pudieron superar a rival replegado tras quedarse en inferioridad.
La buena noticia para los gerundenses es que su racha sin perder se alargaba a seis jornadas, la mala, que el tercer empate seguido volvía a acercarles a la zona baja, aunque cuatro puntos por encima del descenso. El juego del equipo no invita al alarmismo, pero en los cinco próximos cinco partidos, los de Agné se enfrentan a Rayo, Celta y Barça B; segundo, tercero y quinto en la clasificación.
Necesitan más gol
Solucionados, aparentemente al menos, los problemas defensivos del principio de temporada, ahora el inconveniente parece ser el ataque. En los últimos tres partidos, los rojiblancos solo han marcado dos goles. Lo peor es que en Las Palmas, el gol fue prácticamente la única aproximación, y en el Elche, donde el duelo acabó sin goles, el Girona solo llegó dos veces a puerta. Ante el Salamanca, el equipo gozó de claras ocasiones, pero solo pudo convertir una
Para afrontar el complicado calendario que viene ahora, Raúl Agné deberá trabajar con sus hombres gol. La profundidad por las bandas parece una de las mejores armas gerundenses, con Chechu y Moha poniendo infinidad de balones en el area, muchas veces sin encontrar un rematador. La figura de Jandro debe volver a lucir, tras aparecer en cuentagotas en los últimos duelos. Su capacidad para generar fútbol será clave para que Peragón, Kiko Ratón o Despotovic puedan gozar de ocasiones, como ha quedado demostrado sobradamente a lo largo de la Liga.
La mejora defensiva era el primer paso si el Girona quería pelear por la zona tranquila. Una vez conseguido, ahora se debe trabajar para que el equipo genere más peligro, y que el que se produzca acabe en el fondo de la red.
Ganar fuera de casa, asignatura pendiente
El partido de este fin de semana no parece, a priori, el más indicado para cambiar la dinámica. Y es que, aparte de jugar contra el segundo clasificado, el Girona sigue sin un triunfo lejos de su cancha. Con tan solo tres puntos, los de Agné son el segundo peor equipo fuera de casa junto con la Ponferradina. Además, en siete encuentros se han marcado cinco goles, una muestra clara del pobre bagaje ofensivo de los rojiblancos a domicilio.