Los blanquiazules a pesar de mejorar mucho en su juego y conseguir dos triunfos consecutivos arrastran preocupantes falencias en diferentes aspectos de su juego.
Después del importante primer triunfo a domicilio y ya con la confianza instalada en el plantel, el Tenerife comienza el tan esperado ascenso. El trabajo del nuevo cuerpo técnico y de toda su plantilla empieza a dar sus frutos. Tras de un decepcionante inicio de campeonato, los jugadores han reaccionado, aunque de momento no han conseguido salir de los puestos de descenso se vive un ambiente de tranquilidad y entusiasmo.
Con 13 puntos sumados y en casilleros rojos, el equipo canario se mantiene en en el puesto decimo noveno compartiendo puntos con el Huesca, pero este último se salva del descenso por la diferencia de goles.
Si revisamos algunas estadísticas del Tenerife de esta temporada quedan claros algunos aciertos y deficiencias de los blanquiazules. Tras la disputa de catorce jornadas, o sea, un tercio del campeonato, el conjunto blanquiazul tiene doce goles a favor y 20 en contra.
Los remates de cabeza no son el fuerte de los blanquiazules. Ya que aún ninguno de sus jugadores ha logrado marcar de esta forma. Tampoco marcan de falta directa, a pesar de tener un especialista como es Julio Álvarez. Y la estrategia únicamente funcionó en una ocasión.
Los números además revelan que los pupilos de Mandiá lo pasan mal en las acciones a balón parado o cuando el contrario remata de cabeza. En ese tipo de circunstancias, el Tenerife ya ha encajado ocho tantos.
De las cosas positivas podemos decir que en estas últimas seis jornadas el equipo isleño es el segundo cuadro que más puntos a sumado de la liga adelante, consiguiendo 3 triunfos, 2 empates y un solo partido perdido.
De todas maneras las estadísticas solo sirven para entender, estudiar y aprender de ellas. Pero en el césped solo con fútbol se pueden romper hasta la más arraigada tendencia y eso los jugadores lo saben y pretenden cambiarlo.