Con la victoria en territorio atlético, el Espanyol se refrenda como equipo revelación y como un candidato muy serio a los puestos europeos.
¿Quién es el Espanyol? Porque el equipo del sábado por la noche no se parecía en nada a nada de los últimos años. Básicamente, fueron superiores al Atlético de Madrid en el estadio colchonero; mejores que un equipo obligado a estar en Champions. El resultado fue lo de menos. Si llegan a perder, que también pudo ocurrir con el empate a dos, se hubiesen ido sonrisa en mano hasta Barcelona por una faena más que bien hecha. Pero algo se está cociendo en una plantilla descaradamente joven, que defendió descaradamente bien al más descarado, el Kun, y que no teme el cara a cara con nadie. Y menos en Cornellá-El Prat.
Así que los análisis semanales son reiterativos, y eso es una buena señal. Osvaldo podría jugar en un grande de Europa pero es el 9 del Espanyol; Verdú y Luis García ponen el temperamento experimentado, curtido en muchas temporadas en Primera, y se han contagiado de la camada de Callejón, Márquez, Baena, Ruíz, Dídac, etc.
Eso sí: hay dos cosas que aún están por verse. La primera y fundamental sería oír milagrosamente algún comentario que no sea ir partido a partido y confirmar la salvación. Y la segunda, y más importante, si un proyecto de tanto futuro puede naufragar con un cambio de aires de sus grumetes más prometedores. Con el rodillo blanquiazul a todo gas, los jefes del navío, la cúpula directiva, tiene casi más faena que ellos: renovar y mantener a sus futuras estrellas. Veremos quién se compromete más con la ilusionada afición periquita.