Empate a miedo con la Ponferradina y nuevo punto para la voluminosa saca gallega. El Celta se mantiene en puestos de privilegio, y convierte su alergia a la derrota en el revulsivo ideal para un campeonato que nunca se olvida de los más constantes. Tras el pitido final en el coqueto estadio de 'el Toralín', el tres se erigió en seguida como cifra fetiche de los celestes esta semana.
Y es que ese fue, por ejemplo, el número de ocasiones que David Rodríguez desperdició en campo berciano. El potente punta vigués sigue confirmando que sin su gol el equipo anda cojo. No hay victoria celeste que no haya venido acompañado de un tanto del talaverano. El matrimonio entre su poco acierto y la habilidad felina del guardameta Mackay, evitaron una recompensa mayor en Ponferrada. Dos mano a mano y un remate de cabeza a bocajarro. Todo el mundo tiene un mal día.
A pesar de ello, el tercer puesto sigue acogiendo a un Celta que ya corretea sin botellas de oxígeno por las alturas de la Liga Adelante. Sus perseguidores recolectan desilusiones, y el puntito arrancado se transformó en todo un señor punto con el conocimiento de resultados ajenos. El Betis no pudo confirmar su dictadura por la lluvia, pero el objetivo ahora apunta hacia el barrio de Vallecas. Gallegos y madrileños se copian el calendario, en un duelo de gigantes que no tendrá su primer cara a cara hasta el comienzo del 2011. Ojo a esta lucha, porque puede estar en juego un billete directo a Primera División.
La falta de acierto en el Toralín reafirmó el lento (pero seguro) caminar vigués (celtavigo.net)
|
Tres ocasiones falladas y un tercer puesto son pues la conclusión del partido que completa el primer tercio de la temporada. Catorce encuentros que dejan buenas vibraciones en la ciudad olívica, con dos únicas derrotas que mantienen vivo un sueño cada semana menos difuminado. El equipo de Herrera ya impone respeto, y el choque del próximo fin de semana será un buen examen para calibrar el estado real de los gallegos. Las Palmas será el protagonista de un nuevo enfrentamiento entre candidatos a tocar el cielo.
Hasta entonces, los medios se hacen eco de dos noticias agridulces. Rotura de isquiotibiales de Hugo Mallo (de cuatro a cinco semanas de recuperación), y la confirmación legal de esa sospecha que revoloteó en las Rías Baixas en el último descenso celtiña. El Celta pudo descender al pozo empujado por la compra de partidos de sus máximos rivales en la batalla por la supervivencia. Tal ha sido la lentitud en mover ficha que ya ni huele a podrido. Que no se repita.