Puede resultar reiterativo y monótono pero la estampa del Málaga CF sigue siendo la misma que meses atrás. Poco gol y muy mala defensa. La derrota en Mallorca nos mostró de nuevo a un equipo que vuelve a cometer errores del pasado: poca pegada, facilidad defensiva y errores infantiles.
El cambio de entrenador ilusionó a unos jugadores desmotivados en un principio, de ahí las dos victorias consecutivas, pero la plantilla sigue siendo la misma y no hay mucho donde elegir.
Además de los fallos puntuales que han propiciado al club de Martiricos la pérdida de cuantiosos puntos en lo que va de campeonato, la falta de competitividad es bastante alarmante cuando se ve por debajo en el marcador. A medida que avanza el partido y si el resultado es adverso se apaga y no es capaz de reactivarse. Al equipo de Pelligrini le cuesta mucho sacar casta y no demuestra voracidad por remontar los encuentros. Demasiada pasividad cuando la necesidad aprieta.
La ansiedad ante los malos resultados y la mala posición merman si cabe más la predisposición de los jugadores para afrontar los partidos. De hecho, el propio Pellegrini es consciente de que todo es más difícil debido a la situación y a la facilidad con la que el equipo encaja goles.
Ya ha pasado el efecto Pellegrini y la realidad es preocupante aunque todavía hay bastante tiempo para enderezar el rumbo. Los lesionados van recuperándose y el técnico chileno parece que ya ha encontrado un once tipo. Si a esto le sumamos las incorporaciones en el mercado invernal, vendrán bastantes caras nuevas, el Málaga no debería pasar apuros .