Desde hace una semana parece que el Clásico se va a jugar el día siguiente por el monopolio informativo en los distintos medios de comulación. Cada año vemos perplejos cómo un Barcelona-Real Madrid puede atraer todo la atención deportiva una semana antes del choque, no sólo en nuestro país sino en el planeta entero.

Afortunadamente, podemos sacar pecho de disfrutar de dos de los mejores clubes del mundo y por este motivo, todas las miradas están puestas en el partido entre culés y madridistas del próximo lunes, un día poco apropiado para el fútbol, pero otros intereses han premiado más que el propio deporte.

Además, ambos equipos llegan en un momento de juego inmejorable y con dos plantillas de ensueño. Los blancos a pesar de ir líderes en la Liga un punto por delante de los azulgrana, parten un escalón por debajo al tener que disputarse el encuentro en el Camp Nou, una siempre más que complicada cancha. Las ilusiones respecto al Clásico de este año están siendo desorbitadas dado el optimismo que han creado el Madrid y el Barça. Que si probablemente sea el mejor duelo entre ambos de la década con Cristiano Ronaldo y Messi, los dos mejores futbolistas del mundo en la actualidad, en un momento espectacular, que si veremos otra lucha interesantísima en los banquillos entre Mourinho y Guardiola, los dos mejores entrenadores hoy en día…

Demasiados alicientes y delirios en un Clásico que en los últimos años no ha sido lo esperado. Por encima de todo lo que rodea al mejor partido del planeta, priman los objetivos del equipo, y los jugadores y los técnicos saben de la importancia del choque de este lunes. No cometerán ningún exceso ni alguna locura, lo que no quita también para que se produzcan los típicos calentones dada la rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona. Pero a pocos días para el choque, todo lo extradeportivo que genera el Clásico quedará al margen cuando el balón eche a rodar.

Probablemente, el aficionado vea un partido de especulaciones durante el primer tramo, con dos rivales con demasiado respeto uno al otro. No descarto que sea un choque bronco y con demasiadas faltas, y con todo el juego en la zona centro del campo. El miedo entre ambos provocará que todos estén muy juntitos y los espacios serán el tesoro más preciado para los dos. El Barça tomará la posesión del balón y el Madrid esperará su ocasión para asestar su mejor golpe, los contraataques. Por el bien del fútbol, ojalá veamos un partido de calidad y cargado de emoción, pero estas últimas temporadas el optimismo imperante antes del Clásico ha terminado por resultar una decepción en cuanto al espectáculo en sí que es este deporte.