Como viene siendo habitual ya por estas fechas, se inician los castings de los que saldrá el nuevo valiente que nos represente en Eurovisión el año que viene.
Alemania será el país anfitrión en esta ocasión ya que fue el último ganador de este festival de la canción, en mayo del 2010.
Y con esto, se despiertan ciertos fantasmas de ediciones anteriores. Hace ya tres años nuestro representó un personaje, en el sentido que le quieran dar a la palabra, creado ex profeso para la cuestión por un programa de la Sexta, “Buenafuente”. Ofreció una actuación a base de acordes en clave de reguetón y coreografiada e interpretada con un estilo… digamos muy personal. Era Rodolfo Chiquilicuatre y el actor que lo interpretó con mucha gracia, todo hay que decirlo, David Fernández. Al hombre le costó deshacerse de la estela y furor que dejó a su paso tal golpe de efecto sin precedentes a la televisión pública. Y eso que quedó en decimosexta posición.
Un año después, Telecinco quiso colársela al ENTE de nuevo y casi lo consigue gracias al apoyo de una gran parte del público que mantiene vivo su buque insignia de las tardes; “Sálvame”. Pero Karmele Marchante, alias “Poppi”, se quedo con las ganas, por que estando en las votaciones iniciales, TVE dijo que ya estaba bien la gracia; la descalificaron por ser conocida anteriormente en el mundo televisivo. Y la que se montó. En la cadena amiga tuvieron para 2 meses de “monotema”. En su línea.
Se sabe que Eurovisión no es un evento que esté agonizando hace algo más de un lustro por cuenta de los “frikis” que se envían como representantes. Se podría decir que incluso esta nueva hornada de “pseudo-artistas” han reinventado solitos el concurso musical por excelencia y que le han dado otro aire que a muchos ha llegado a enganchar. Es otro tipo de espectadores diferente al que por ejemplo vivió el triunfo de Massiel (1968), los buenos puestos de Salomé (1969) o Mocedades (1973) y diferente también al que vivió con rabia los descafeinados resultados de intérpretes como Serafín Zubiri (1991), Nina (1989) o años después con Rosa, la Rosa de España y su “Europe´s living a celebration” (2002).
Y ahora, con la gigantesca y poderosa mano de la cadena de Berlusconi en la sombra, Kiko Hernández, ex de Gran hermano y colaborador de todas las versiones del programa “Sálvame”, quiere hacer historia como lo intentó el año pasado su compañera de programa.
El muchacho además, se presenta a las pruebas con la seguridad y osadía que dan años de experiencia en el mercado televisivo del Entretenimiento y dice que él al menos, canta bien. Lo peor de todo es que parece ser que habla en serio.
Aun no se le ha oído vocear por los platós de la empresa que lo parió, pero tiempo al tiempo. Ya le están buscando nombre artístico y seguro que también andan preparándole nuevo estilismo y alguna aberración melódica con la que desgañitarse. Y hacer negocio politonero.
TVE, según el propio Kiko, sabe quién es él y a que se dedica. Así que se presupone que se olerá sus intenciones… aún así le han convocado a las pruebas. Tal vez la pública haya decidido reírse de si misma o es que tiene un as debajo de la manga: un jurado que lo echará a primeras de cambio. Es una manera muy diplomática de quedar bien y ofrecer una imagen de televisión pluralista, joven, moderna y abierta a los cambios.
Al menos eso que hemos ganado, por que sea quien sea el elegido, lo va a tener difícil para desbancar a los países nórdicos, que llevan años llevándose el primer puesto. Así que no sufran y al menos pasen un rato entretenido dedicando esa noche a poner a prueba su tolerancia a la vergüenza ajena.