La derrota más dura de la historia del Almería en Liga de fútbol profesional y una peculiarísima búsqueda de un sustituto de Lillo han sido lo mas destacado de la semana
El sábado a las 20:00 se vivió en Almería la mayor humillación deportiva que se recuerda. Jamás, desde que en 1909 se creó el primer club de fútbol en la capital almeriense, se había encajado semejante derrota a nivel de fútbol profesional. El 0-8 contra en Barça, con una actitud indolente impropia de un profesional con amor propio, incompatible con alguien con amor por su profesión o incluso con cierta dignidad, ha marcado la semana, especialmente para los 14.000 almeriensistas que se dieron cita en el Mediterráneo el sábado pasado.
La fulminante destitución de Lillo a continuación no era más que una consecuencia lógica para alguien que no tuvo ni los arrestos para ordenar alguna acción mínimamente antideportiva que le advirtiera a los desbocados jugadores culés que no se juega con la dignidad ajena.
Pero, hasta ahí, tan solo la primera parte del “sainete”. El sábado Lillo ya estaba fuera de Almería, y se esperaba firmar inmediatemente a un sustituto, sobre todo porque los medios estaban insinuando desde hacía semanas que ya había contactos con diferentes entrenadores. Pero no fue así. Marcelino, el primero llamado a sustituir a Lillo, declinó la oferta amparándose en unas condiciones draconianas para el club. Mendilibar también se desligó de la posiblidad de recalar en el club mediterráneo a principios de esta semana. A continuación, el mismo miércoles no se pudo llegar a un acuerdo con Gorosito, “una cuestión de flecos”, parece ser.
Finalmente, a última hora del miércoles se ha podido fichar a la “opción D”, Oltra. El ex del Tenerife, actualmente en paro, ha aceptado el reto de dirigir a un Almería en los momentos más atribulados desde que los almerienses regresaron a primera, hace ya 4 años.