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Carlos González

¿Lavado de cara?

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Tras un inicio en que el único pero que ponían algunos aficionados era el juego del equipo pese a los buenos resultados,en las últimas semanas se ven indicios de que éste puede alcanzar también un gran nivel.




El Salamanca sigue optando a todo (salamanca24horas.com)



En la misma rueda de prensa de presentación el míster charo Óscar Cano avisaba que su intención era que su equipo jugara al toque, considerándose discípulo de Lillo y admirador de la labor de Guardiola en el Barcelona.

Unas intenciones que parecían no ir de farol cuando en pretemporada el Salamanca deslumbró en algunos partidos como ante el Rayo, y se jugaba con un 4-3-3 con 2 pivotes ofensivos que gustaba e ilusionaba a la aficion a partes iguales.

Sin embargo empezó la temporada y repentinamente desapareció la apuesta. El equipo jugaba la inmensa mayoría de los partidos con 2 pivotes defensivos y su manera de jugar era esperar replegados y aprovechar los errores rivales salvo en excepciones como Tenerife o Villarreal, pero los resultados acompañaban.

Cano reconocía alguna vez que el equipo no jugaba de la manera que más le gustaría, pero por decisión suya, ya que consideraba que era la manera de sumar más puntos en base a los recursos de los que disponía. La afición se preguntaba por qué uno de los fichajes estrella y jugador creativo como Mario Rosas no contaba, así como Galindo, cuando en verano recibieron la promesa de que se intentaría jugar bien.

Pero el tema tenía una explicación como casi todo en la vida. Jugadores creativos como Quique Martín o Perico no garantizan el despliegue defensivo necesario aunque hayan mejorado su aportación, especialmente el andaluz, y el ostracismo de Mario y Galindo no eran un capricho de Cano, simplemente no estaban en condiciones, por culpa del maltrecho del tobillo del ex-castellonense, y por la falta de adaptación de la promesa cedida por el Arsenal.

Cuando el partido se puso feo en Ponferrada se cambió de estilo, y aunque no se culminó la machada de remontar el 3-0 se vieron detalles para la esperanza, detalles corroborados en la victoria ante Las Palmas. Es cierto que la defensa canaria ofreció algunas facilidades, pero jugadores como Mario tuvieron la suficiente clarividencia como para aprovecharlas.

En resumen, la parroquia charra tiene motivos para la ilusión. Los resultados acompañaron desde la primera jornada, y ahora además parece que el juego se puede aproximar a lo que pretendía el entrenador, que coincide con el estilo que se conoció con un Lillo que está ahora de plena actualidad para su desgracia.

¿Lavado de cara?

Carlos González
Carlos González
miércoles, 24 de noviembre de 2010, 17:52 h (CET)
Tras un inicio en que el único pero que ponían algunos aficionados era el juego del equipo pese a los buenos resultados,en las últimas semanas se ven indicios de que éste puede alcanzar también un gran nivel.




El Salamanca sigue optando a todo (salamanca24horas.com)



En la misma rueda de prensa de presentación el míster charo Óscar Cano avisaba que su intención era que su equipo jugara al toque, considerándose discípulo de Lillo y admirador de la labor de Guardiola en el Barcelona.

Unas intenciones que parecían no ir de farol cuando en pretemporada el Salamanca deslumbró en algunos partidos como ante el Rayo, y se jugaba con un 4-3-3 con 2 pivotes ofensivos que gustaba e ilusionaba a la aficion a partes iguales.

Sin embargo empezó la temporada y repentinamente desapareció la apuesta. El equipo jugaba la inmensa mayoría de los partidos con 2 pivotes defensivos y su manera de jugar era esperar replegados y aprovechar los errores rivales salvo en excepciones como Tenerife o Villarreal, pero los resultados acompañaban.

Cano reconocía alguna vez que el equipo no jugaba de la manera que más le gustaría, pero por decisión suya, ya que consideraba que era la manera de sumar más puntos en base a los recursos de los que disponía. La afición se preguntaba por qué uno de los fichajes estrella y jugador creativo como Mario Rosas no contaba, así como Galindo, cuando en verano recibieron la promesa de que se intentaría jugar bien.

Pero el tema tenía una explicación como casi todo en la vida. Jugadores creativos como Quique Martín o Perico no garantizan el despliegue defensivo necesario aunque hayan mejorado su aportación, especialmente el andaluz, y el ostracismo de Mario y Galindo no eran un capricho de Cano, simplemente no estaban en condiciones, por culpa del maltrecho del tobillo del ex-castellonense, y por la falta de adaptación de la promesa cedida por el Arsenal.

Cuando el partido se puso feo en Ponferrada se cambió de estilo, y aunque no se culminó la machada de remontar el 3-0 se vieron detalles para la esperanza, detalles corroborados en la victoria ante Las Palmas. Es cierto que la defensa canaria ofreció algunas facilidades, pero jugadores como Mario tuvieron la suficiente clarividencia como para aprovecharlas.

En resumen, la parroquia charra tiene motivos para la ilusión. Los resultados acompañaron desde la primera jornada, y ahora además parece que el juego se puede aproximar a lo que pretendía el entrenador, que coincide con el estilo que se conoció con un Lillo que está ahora de plena actualidad para su desgracia.

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