Si no lo veo no me lo creo. Pero es real. Ya van varias semanas que el equipo blanquiazul sube como la espuma en juego, puntos y por ende clasificación. Esta inédita e inesperada situación le ha aupado hasta los puestos europeos.
Se está conviertiendo, por méritos propios, en uno de los gallos de esta temporada en tanto que hablamos de competición liguera. Y aunque Sara Carbonero les de por muertos ante el Atlético, los de Pochettino no han dicho ni mucho menos su última palabra en la Copa del Rey.
Pero hasta mediados de diciembre, que es cuando se disputa la ida ante los colchoneros, queda un mundo. Un universo de jornadas ligueras en las que la pondrán a prueba su capacidad de untarse de puntos como local (hasta ahora están inmaculados en Cornellá) y pispar en casa ajena la mitad de todo lo que perdieron la temporada pasada; eso como mínimo. Porque hasta hoy, en seis jornadas caseras han sido mejores y lo han ganado todo. Pero es que en Villarreal, Madrid, Mallorca, Coruña y Santander no han sido inferiores ni mucho menos. Sólo la falta de gol y el punch de los dos primeros le han privado de cotas más altas.
No esperen en rueda de prensa que alguien levante la voz. Que nadie piense que Pochettino va a emitir cualquier tipo de alegría ni algarabío delante de un micrófono. Disfrutar, consolidarse y no perder el hilo a seguir. Así deben ser las cosas y así lo están intentando. Veremos qué pasa.