No es mi propósito desentonar con el tema central de las conversaciones futbolísticas de la próxima jornada (en realidad, desde antes incluso del comienzo de esta temporada).

El FC Barcelona y el Real Madrid medirán sus fuerzas en el Camp Nou el lunes 29 de Noviembre.

Pero es que será, además, una acumulación de pequeñas batallas personales en el mismo lance: un Guardiola versus Mourinho, un Messi vs Cristiano, un Xavi contra Xabi. El timonel madridista José (que ahora muchos puristas pronuncian con i griega, perdón, con Ye) intentará por todos los medios que la “N” del Nou Camp se convierta en “M”: el Mou Camp. Lo tendrá complicado cuanto menos.

“El gran clásico”, “Lucha de titanes”, “Los dos reyes se miden” o el tan manido “El partido del siglo”, que ya no se sabe cuantos hemos vivido en esta década que finaliza, son algunos de los titulares que más se leen en estos días previos al partidazo. Por que eso es innegable: el encuentro va a ser explosivo y lo más seguro es que sin tener en cuenta el resultado, sea el que sea, se vivirán escenas, jugadas y situaciones antológicas.

Y todo esto después de una lucha previa en otras lides menos deportivas en esencia: los derechos de imagen del partido y las consiguientes cifras sustanciosas que rodean este evento. El aficionado de a pie parece disgustado con la decisión final de jugar el partido en lunes por motivos meramente económicos pero no hay que olvidar que ambos clubes son empresas privadas que se rigen por intereses financieros, como es lógico. Se manejan cifras astronómicas, y el que monta o se mete en una empresa lo hace solo por ganar dinero, y eso en principio es respetable, lógico y forma parte de su razón de ser.

Pero en este siglo XXI, que en realidad es un recién nacido algo crecidito, aun coexisten hechos anacrónicos heredados de los pasados 100 últimos años que hacen pensar que aun queda mucho camino que recorrer, aunque a fuerza de quejas y protestas se van dando pequeños pasitos.

Hace unas semanas se desató la incomprensión al conocer un hecho cuanto menos contradictorio: a una niña de nueve años, jugadora alevín de un equipo vizcaíno masculino de fútbol escolar, (Colegio Larrea de Amorebieta), no le dejaban disputar una final de un trofeo con el resto del equipo. El resto de partidos sí, pero la final no…cosas de la normativa de Deporte escolar. Eso sí, en 15 días, ante la polémica suscitada y la aparición de casos similares, la Diputación vizcaína ha cambiado a marchas forzadas este punto para que no vuelva a suceder. Llama la atención que la niña fuese válida para disputar encuentros ordinarios, pero no para una final. No me atrevo a preguntar por que…mejor es quedarse con 2 mensajes: que el que la sigue la consigue y que aun hay mucha gente, no solo preadolescentes, que juegan por diversión y solo por eso. Por favor, no les pinchen la pelota.