La mala gestión a la hora de llevar un partido que se gana, empieza a crear serios debates en el entorno amarillo.
Ya pocos se atreven a no ver que algo está pasando cuando la historia se repite frecuentemente en un partido que se está ganando.
Cuando se acercan los últimos veinte minutos de cada partido. Los aficionados amarillos se echan a temblar, y los más debotos a rezar, porque no ocurra lo que al final tristemente vuelve a pasar.
Contra el Salamanca volvió a salir a escena una realidad que empieza a dejar huella, y a generar todo tipo de lamentos, rabias y comentarios de todo tipo.
El equipo, aparte de padecer este problema de modo crónico. Entra en una dimánica negativa donde no gana desde el partido en casa ante el Albacete.
Poco a poco, los puestos altos se van alejando, y los puestos bajos acercando. Esto ya provoca en algunos cierto temor, o inseguridad. Pese a este "terrible" problema de mala gestión de los partidos al final, todos coinciden este año en que el equipo tiene calidad y potencial para que las cosas salgan bien y se esté en la parte alta, aunque el objetivo estandar sea la permanencia.
Es por ello que a diferencia de otros años, se vea más injusto lo que sucede esta temporada con Las Palmas. Entre las muchas decisiones arbitrales que han condenado puntos y aumentado disgustos en la parroquia amarilla... y el no sabar matar los partidos o controlarlos en su recta final. Los insulares han ido cayendo en puestos y en ánimos.
Si a eso añadimos una enfermería que no ha parado de estar llena ultimamente, el comienzo del ciclo de sansionados por el alto número de amarillas que se ven en los partidos, la juventud y poca experiencia de muchos jugadores en la categoría. Tenemos un resultado que pudiera explicar lo que ocurre ahora mismo.
Encima el caprichoso calendario nos sirve al Rayo en casa y al Celta fuera, que están en un buen momento. Así que todo parece complicarse por momentos, para los pupilos de Paco Jémez.
Pero existen argumentos de sobra para no perder la esperanza y el ánimo con los amarillos esta temporada. Hay margen de mejora, y estos problemas se acabarán solucionando a poco que los insulares vuelvan a tener la poseción del balón en alto número, y se disponga de nuevo del equipo "base" que comenzó la liga a tan alto nivel.
El Rayo puede ser el rival perfecto para que se recupere y reactive la ilusión y la confianza en un proyecto lleno de futuro, pero que como todo proyecto que empieza, necesita su tiempo para ser pulido y perfeccionado.