Desgraciadamente para el Almería, el título del informe de esta semana no se refiere a la efectividad de los delanteros rojiblancos, sino al “tufillo” que despide el bueno de Juanma Lillo. El errático camino del Almería esta año, que parece no tener un rumbo establecido y tan pronto te da una alegría que un disgusto, llegó a un incómodo derrotero al caer de una forma poco honorable el domingo pasado ante el Bilbao, con un rival que jugó la mayoría del partido con 10 y aún con 9 y que sin embargo fue netemante superior al Almería con 11, con 10 y hasta con 9.
Cuando hace dos semanas eran todo parabienes para los de Lillo tras haber encarrilado la ida de la Copa en San Sebastián y haber hecho un gran partido en el Calderón, las expectativas de cara al partido en casa contra el Sporting se dispararon.
Parecia que por fin llegaría la primera victoria casera. Algunos jugadores hablaron de victoria segura, e incluso Goitom habló de una victoria holgada, por mas de dos goles. Tal era el ambiente que se respiraba en la capital de ara al choque del domingo pasado.
Pero el equipo dio la de arena. Se empató y gracias, porque a pesar de adelantarse el equipo rojiblanco en el marcador (cosa inédita esta temporada en casa) al final el equipo estuvo casi una hora a merced de los asturianos.
De nuevo hubo ruido de sables contra Lillo en el club y malestar en la afición: otro partido mas en casa que no se gana (no se hace desde Mayo de la temporada pasada). Y así estaba la cosa, hasta que el miércles el Almería ha vuelto a hacer un partido redondo, se ha eliminado a la real...¡y se ha ganó en casa por fin!
Pero los vaivenes parece que se han acabado. Fuentes cercana sal presidente apuntan que la decisión está tomada, y que si no se ha anunciado con anterioridad es porque poner al nuevo entrenador ante el Barça sería hacer que comenzara con muy mal pie su singladura la frente de la nave rojiblanca.