Tras un comienzo titubeante, parece que el uruguayo está cerca de estar a su nivel.
Después del gran mundial de Suráfrica realizado por Diego Forlán, pocos aficionados podían adivinar el flojo comienzo de temporada que tuvo el jugador charrua. Los desmarques no eran los de temporadas pasadas, su participación en el juego era menor de lo habitual y lo más preocupante : el porcentaje de acierto en la definición cayó en picado.
Cuando los delanteros no hacen goles, sobre todo si si trata de un delantero de talla mundial, los rumores en búsqueda de una explicación apuntan a diferentes direcciones: bajón físico, falta de implicación, problemas personales con Quique...
El veterano jugador rojibanco, que siempre ha tenido el apoyo de la hinchada, se mantuvo al margen de todas la elucubraciones hechas en torno a su rendimiento y fue dando pequeños pasos en pos de volver a ser el futbolista decisivo que ha sido desde su llegada a la liga española. Poco a poco su participación ha ido siendo más activa, aunque la definición seguía sin llegar.
El pasado Sábado la ansiada definición llegó por fin. Forlán volvió a ser el de siempre. Una asistencia y dos goles, el segundo de ellos de bonita factura. Será difícil que alcance cifras de goles similares a las de otras temporadas, pero gran parte de la consecución o no de los objetivos del Atlético de Madrid pasan por que « El Uruguayo » esté enchufado en un porcentaje alto de partidos.
Una vez que el Barcelona y el Real Madrid han vuelto a dejar claro que el titulo de liga es cosa de dos, parece que el Club del Manzanares deberá luchar por lograr uno de los cuatro puestos que dan acceso a la Liga de Campeones. El Atletico quizá no haya logrado ni la solidez del Valencia -sobre todo en los primeros partidos- ni un nivel de juego tan alto como el Villarreal, pero hay algo que le puede situar como el tercero en liza :la pegada. Con el Kun y Forlán a su máximo nivel, la ilusión ha vuelto al Manzanares.