Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Pulsiones de papel
Luis López

Del noveno arte

|

La consideración de la novela gráfica como una más de las hijas legítimas de la literatura está fuera de toda duda. Su valor artístico se ampara en parámetros similares o superiores a los otros formatos más conocidos. Lingüísticamente alcanza cotas sólidas en breves intervenciones, bocadillos y acotaciones, que logran expresar concentradas píldoras, que insuflan el contenido necesario e imprescindible para el avance de la historia. Visualmente su rango de actuación reside en la amplitud de matices del dibujo y el color. La psicología de los personajes, sus estados de ánimo y su carácter, a menudo son identificables por un trazo distinto o por la evocación cromática. La dinámica de las viñetas construidas sobre la estructura de encuadres y movimientos articula el mensaje expuesto. Hablamos de un género propio lleno de posibilidades aún por explotar y con una base sólida edificada sobre un puñado de ejemplos sobresalientes.

“El Contrato con Dios” de Will Eisner suele considerarse como la primera novela gráfica, por lo menos nominalmente, del noveno arte. Escrita y dibujada por el propio Eisner en 1978, tiene fuertes tintes autobiográficos enmarcada como está en el Nueva York tras el crack bursátil de 1929. Está previsto que las cuatro historias que la componen lleguen a la gran pantalla el próximo año, aunque es de esperar que con mayor fortuna que “The Spirit”, también de Will Esiner y dirigida por Frank Miller. A diferencia de esta última, aquí no hay superhéroes, sino una atmósfera pesimista que tiñe los cuatro episodios de manera abrumadora, unos personajes perdedores, mezquinos y violentos que tratan de sobrevivir sin muchas esperanzas. Algo parecido sucede con Harvey Pekar, guionista que contó su pequeña tragedia, su vida normal y corriente, mostrando un acertado paisaje costumbrista estadounidense en “American Splendor”, obra también llevada al cine interpretando Paul Giamatti a este hombre desencantado. Ambas obras, alejadas del arquetipo buenos contra malos, flotan en un tejido muy permeable en el que las aristas de los protagonistas se angulan, hasta confundirse la concavidad y convexidad, invitando al punto de vista del lector a posicionarse en el mismo vértice.

La difusión de la novela gráfica alcanzó un punto de notoriedad en 1992 gracias a la concesión del premio Pulitzer a “Maus”, escrita y dibujada por Art Spiegelman. En este crudo retrato de la vida de sus padres en Auschwitz, los judíos son ratones y los nazis gatos. Spiegelman, sin embargo, decide avanzar la historia hasta el presente, el momento en que padre, superviviente del campo de concentración, e hijo, se sientan a que el primero cuente sus recuerdos que basan esta obra. Se nos dibuja entonces una difícil relación paterno-filial con momentos cruciales como el suicidio de la madre y las secuelas del confinamiento. El holocausto tiene una referencia lúcida y reflexiva, entrometida en los flash-backs de la memoria del padre de Art, sin ningún tipo de concesiones.

Otro de los hallazgos narrativos se encuentra en “La ciudad de cristal”. Original de ficción de Paul Auster, pero que gracias al dibujo de David Mazzuchelli se transforma en un complejo ejercicio donde el protagonista Daniel Quinn, un hombre que lo ha perdido todo, conoce al escritor Paul Auster, no al real, sino a uno inventado. El panorama que emerge de este elaborado laberinto coloca la historia más allá de sus personajes. La experimentación visual, nacida de la necesidad de adaptar la fragmentación ligüística de la novela negra original, rebosa un gran conocimiento de los resortes representativos. El libro está dentro del libro.

Joe Sacco se convirtió en el primer corresponsal de guerra que dibujó sus dos meses en Palestina durante la intifada por la ocupación hebrea. El estilo periodístico de la obra titulada en español “Palestina, en la franja de Gaza” se apoya visualmente en el género del documental. Su diario está salpicado de testimonios reales y de su experiencia personal durante el conflicto. Si la televisión nos contó los hechos, Sacco nos cuenta la historia, porque una vez más, la revolución no será televisada.

Del noveno arte

Luis López
Luis López
martes, 16 de noviembre de 2010, 09:15 h (CET)
La consideración de la novela gráfica como una más de las hijas legítimas de la literatura está fuera de toda duda. Su valor artístico se ampara en parámetros similares o superiores a los otros formatos más conocidos. Lingüísticamente alcanza cotas sólidas en breves intervenciones, bocadillos y acotaciones, que logran expresar concentradas píldoras, que insuflan el contenido necesario e imprescindible para el avance de la historia. Visualmente su rango de actuación reside en la amplitud de matices del dibujo y el color. La psicología de los personajes, sus estados de ánimo y su carácter, a menudo son identificables por un trazo distinto o por la evocación cromática. La dinámica de las viñetas construidas sobre la estructura de encuadres y movimientos articula el mensaje expuesto. Hablamos de un género propio lleno de posibilidades aún por explotar y con una base sólida edificada sobre un puñado de ejemplos sobresalientes.

“El Contrato con Dios” de Will Eisner suele considerarse como la primera novela gráfica, por lo menos nominalmente, del noveno arte. Escrita y dibujada por el propio Eisner en 1978, tiene fuertes tintes autobiográficos enmarcada como está en el Nueva York tras el crack bursátil de 1929. Está previsto que las cuatro historias que la componen lleguen a la gran pantalla el próximo año, aunque es de esperar que con mayor fortuna que “The Spirit”, también de Will Esiner y dirigida por Frank Miller. A diferencia de esta última, aquí no hay superhéroes, sino una atmósfera pesimista que tiñe los cuatro episodios de manera abrumadora, unos personajes perdedores, mezquinos y violentos que tratan de sobrevivir sin muchas esperanzas. Algo parecido sucede con Harvey Pekar, guionista que contó su pequeña tragedia, su vida normal y corriente, mostrando un acertado paisaje costumbrista estadounidense en “American Splendor”, obra también llevada al cine interpretando Paul Giamatti a este hombre desencantado. Ambas obras, alejadas del arquetipo buenos contra malos, flotan en un tejido muy permeable en el que las aristas de los protagonistas se angulan, hasta confundirse la concavidad y convexidad, invitando al punto de vista del lector a posicionarse en el mismo vértice.

La difusión de la novela gráfica alcanzó un punto de notoriedad en 1992 gracias a la concesión del premio Pulitzer a “Maus”, escrita y dibujada por Art Spiegelman. En este crudo retrato de la vida de sus padres en Auschwitz, los judíos son ratones y los nazis gatos. Spiegelman, sin embargo, decide avanzar la historia hasta el presente, el momento en que padre, superviviente del campo de concentración, e hijo, se sientan a que el primero cuente sus recuerdos que basan esta obra. Se nos dibuja entonces una difícil relación paterno-filial con momentos cruciales como el suicidio de la madre y las secuelas del confinamiento. El holocausto tiene una referencia lúcida y reflexiva, entrometida en los flash-backs de la memoria del padre de Art, sin ningún tipo de concesiones.

Otro de los hallazgos narrativos se encuentra en “La ciudad de cristal”. Original de ficción de Paul Auster, pero que gracias al dibujo de David Mazzuchelli se transforma en un complejo ejercicio donde el protagonista Daniel Quinn, un hombre que lo ha perdido todo, conoce al escritor Paul Auster, no al real, sino a uno inventado. El panorama que emerge de este elaborado laberinto coloca la historia más allá de sus personajes. La experimentación visual, nacida de la necesidad de adaptar la fragmentación ligüística de la novela negra original, rebosa un gran conocimiento de los resortes representativos. El libro está dentro del libro.

Joe Sacco se convirtió en el primer corresponsal de guerra que dibujó sus dos meses en Palestina durante la intifada por la ocupación hebrea. El estilo periodístico de la obra titulada en español “Palestina, en la franja de Gaza” se apoya visualmente en el género del documental. Su diario está salpicado de testimonios reales y de su experiencia personal durante el conflicto. Si la televisión nos contó los hechos, Sacco nos cuenta la historia, porque una vez más, la revolución no será televisada.

Noticias relacionadas

En el mundo de la Cultura de las Artes así actúan muchos, sin sustento de base. Anochecía cuando llegó el tren, empero, el tren pudo haber llegado mucho antes. La verdad era que se había retrasado horas y aún no se sabía por qué. Era una conversación frívola, con intercambio de chismes sobre amistades del vecindario.

En su nuevo libro, el reputado economista Juan Torres López los analiza como expresiones de una crisis del capitalismo neoliberal que, ante la desorientación y la impotencia de la izquierda contemporánea, choca con la democracia y alimenta el auge de la extrema derecha.

A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto