Terrible. Apocalíptico. Digno de un informativo de Piqueras. Así es el contexto que envuelve al gran Clásico y a las elecciones autonómicas en Catalunya.

No se pretende hablar aquí de un tema tan reventado como el Barcelona-Madrid. Ya se encargarán todos de hacerlo. Prefiero fijar las miras en cómo hemos acabado. Porque esto se ha acabado. El fin ha llegado: es más importante un partido de fútbol de tres puntos y una semana de prensa cargadita que unas elecciones políticas. Bien.

Independientemente de lo indigno del gobierno por convocarlas en tal fecha, quitando que llevan ocho años ultrajándonos y mofándose del pueblo catalán, nunca pensé que uno más de los derbis por antonomasia fuese más importante que unas elecciones en las que nos jugamos el futuro más próximo, el más lejano y sobre todo nos jugamos el orgullo y la dignidad de un pueblo que se somete a sí mismo.

No es politiquería, es simple y llanamente una vergüenza. Si vas a calificar, puntúate primero. Y si sólo sabes criticar barre por tu casa antes. Y claro: el titular es que vaya por dios con Roures, que nos ha puesto el gran momento del año en lunes. Dan igual 6 millones de votos, porque el ‘Voto’ del presidente de Mediapro cuenta igual o más que el de toda una comunidad autónoma.

Abogo desde esta columna por votar en blanco a las elecciones…y al partido.