Amar y Luna son una pareja a la que las cosas les van bien, se quieren, tienen trabajo, comparten un bonito apartamento y están planteándose ser padres. Este esquema de vida podría ser el comienzo de una típica comedia americana estilo “Los padres de ella”, sin embargo, no estamos en Estados Unidos sino en Sarajevo, capital de un país que hace quince años sufrió una guerra en la que murieron alrededor de 250.000 personas. La vida recobró una aparente normalidad tras el conflicto pero las heridas siguen abiertas. Cuando Amar y Luna empiecen a afianzar su relación, el fantasma de la guerra volverá a llamar a su puerta abriendo una brecha entre ambos.
Jasmila Žbanić se dio a conocer a nivel internacional con su anterior trabajo, “El secreto de Esma”, ganadora del oso de oro del festival de Berlín. En aquella película retrataba la supervivencia en la ciudad de Sarajevo de una mujer que había vivido en su propia piel las atrocidades de la guerra. “En el camino” sigue la estela del film anterior y es que parece inevitable hablar de la vida en Bosnia sin tener presente la tragedia que ha marcado el país a sangre y fuego. La película, sin embargo, no se queda en la denuncia bélica sino que intenta ir más allá explorando temas universales como son las relaciones de pareja, la maternidad, el fundamentalismo religioso o la difícil convivencia entre la tradición y el cambio. Žbanić construye un guión equilibrado que no carga las tintas contra nadie sino que intenta comprender a las personas en la difícil tarea de encontrar su camino después de haber vivido en el infierno.
Si bien la estructura del film y la construcción de los personajes son correctas, a la película le falta, en ocasiones, salirse de la pulcritud que impone un trabajo bien hecho para atrapar al espectador y hacerle olvidar que lo que está viendo es una película. La dirección conserva un tono algo flácido y falto de emoción, las ideas son sólidas y los conflictos están presentes pero no consiguen traspasar las barreras de la pantalla y palpitar al ritmo de la vida que pretende retratar. Al conjunto de la película no se le puede reprochar ningún fallo evidente (aparte del atropellado final) pero tampoco alabar grandes virtudes. Se trata de un trabajo correcto para acercarse a la situación de Bosnia Herzegovina pero que no llegará a incorporarse a los recientes títulos imprescindibles de este país como puedan ser “En Tierra de nadie” (Danis Tanović), la mítica “Underground” (Emir Kusturica) e incluso la anterior película de Žbanić, “El secreto de Esma”.