Ansiedad y no poco nerviosismo cundía por el entorno blanquiverde hace apenas siete días. La racha de siete semanas sin perder escondía un bagaje de cuatro empates consecutivos que estaban metiendo al Córdoba en la zona media baja de la tabla. La victoria se resistía a la par que su abono al empate parecía no agotarse semana tras semana.
Sin embargo, una trabajada victoria contra el Huesca (2-0) alivió y dio oxígeno a la apretada clasificación de los cordobesistas en la clasificación dando más moral si cabe, de cara al choque copero para defender el 2-0 conseguido en el Arcángel. La tarea no era fácil. Defender dos goles de renta en un campo “copero” como el Sardinero, ante un Racing de Santander, que pese a las dificultades actuales por las que está pasando, pero que no deja de tener la máxima categoría del fútbol profesional.
Sin embargo, el planteamiento de Alcaraz supo aguantar lo suficiente como para llevar a su equipo hasta una prórroga que fue todo una lotería. Tras el 2-0 al término de unos agónicos noventa minutos, los santanderinos se adelantaron con un tanto calcado al segundo que cayó como un jarro de agua fría sobre el encomiable trabajo defensivo realizado por los blanquiverdes en el partido. Fue entonces cuando “el Arcángel” inspiró un atisbo de remontada en sus futbolistas en busca de un tanto que diera el pase a la siguiente fase. Y vaya si lo consiguió; en el último minuto de la prórroga.
Da igual las imprecisiones, las escasas ocasiones de gol no aprovechadas, los nervios, el tropezar dos veces en la misma piedra con los dos goles idénticos encajados; el Córdoba está en octavos de final de la Copa del Rey diez años después. Un penalti por mano del jugador del Racing de Santander, Christian Fernández en el último suspiro de la prórroga fue aprovechado para que Jorge Luque pusiera al Córdoba CF en la siguiente ronda copera.
Toda la esencia del torneo del ko quedó reflejada en unos últimos minutos de infarto, de los que hacen afición. Noche épica, histórica, llena de alegría para una castigada afición que ya iba mereciendo una gesta como ésta. La noche ha sido larga en la celebración de la hinchada blanquiverde que sueña ahora con el sorteo dentro de unos días que depare unos octavos navideños soñando que toque “el Gordo” en forma de Madrid o Barça.