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Edward Schumacher-Matos

Carta de un inmigrante

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BOSTON -- Estimado Representante John Boehner:

Reciba la felicitación de un inmigrante por su victoria esta semana. Creo que hablo en nombre de todos los inmigrantes cuando digo que me conmovieron sus lágrimas la noche del martes al darse cuenta de que el hijo de un barman va a ser el probable presidente de la Cámara.

Fue un gran momento americano - del tipo que nos a atrae a tantos hasta aquí también, a través de la fuerza de nuestros propios esfuerzos, a tratar de realizarnos, nuestras familias y, esperamos, a mejorar nuestro país - este país, los Estados Unidos de América.

Yo mismo vine como hijo adoptivo de un padrastro estadounidense, y era de su estado: Ohio. Su familia eran los Schumacher de Cincinnati, y justo la otra noche estaba mirando las fotos de cuando tenía 8 años y visitaba la explotación de maíz de mi tío Ray a las afueras de la ciudad, cerca de la vieja fábrica de pianos Baldwin, a orillas del río Ohio. Digo "mi" tío Ray porque toda la familia nos llevaban a mí y a mi madre colombiana como parte de ellos, con la generosidad que hace famosos a los americanos. Escribir sobre esto me hace llorar igual.

Pero hay algo que me preocupa a mí y a la mayoría de los inmigrantes, a juzgar por los resultados electorales. Tiene que ver con su partido. ¿Por qué los Republicanos nos hacen sentir como el enemigo, los no-americanos, la gente de la que queréis recuperar el país?

Muchos Republicanos ven la inmigración como un mecanismo Demócrata para registrar nuevos votantes. Y sí, la mayoría de los colectivos de inmigrantes hoy - como los irlandeses o los italianos o los demás antes - tienden a votar Demócrata, pero eso es porque los Demócratas dialogan más con nosotros.

La ironía reside en que la mayoría de los inmigrantes son probablemente Republicanos naturales. La mayoría de nosotros somos partidarios de los valores sociales conservadores y de la ética de trabajo. Hasta aquellos con escasa formación, como tantos mexicanos o centroamericanos, son emprendedores. Abrimos más negocios que los estadounidenses oriundos - un 70 por ciento más, según el índice de la Fundación Kauffman.

Mi madre tenía un salón de belleza en Columbus, Ga., en un centro comercial y luego en su casa hasta que finalmente se jubiló a los 83 años. Mi hermano lleva un negocio de abastos militares en Tallahassee, Fla. Es simpatizante del movimiento fiscal, y los dos votan a los Republicanos.

Mi hermana es una agente inmobiliaria independiente residente en Atlanta, y yo abrí mi propio grupo de prensa en español ya desaparecido en Texas. Yo soy la oveja negra de la familia como empresario, lo que dice bastante de la capacidad de los periodistas de cubrir una nómina. Pero mi hermana y yo hemos votado tanto a Republicanos como a Demócratas.

Y sin embargo su partido está siendo barrido entre el voto inmigrante. Se perdió el Senado porque la friolera de 90% del voto latino en Nevada fue a parar a Harry Reid, el 86% de California a Bárbara Boxer, y el 81% votó en Colorado a Michael Bennet, según los sondeos de LatinoDecisions.

Y no se engañe con el éxito de sus candidatos de segunda generación. LatinoDecisons dice que Marco Rubio sólo se llevó el 40% del voto latino no cubano a senador en Florida. En dos elecciones a la gobernación frente a oriundos, Susana Martínez obtuvo el 38% del voto latino en Nuevo México y Brian Sandoval apenas el 15% en Nevada.

Nikki Haley se une en Carolina del Sur a su colega Republicano Bobby Jindal en Louisiana como segunda gobernadora estadounidense de origen indio, pero los asiáticos en general, y los indios americanos en particular, votan de manera mayoritaria a los Demócratas. También los inmigrantes caribeños y africanos.

Piense en el lenguaje de odio que utilizan a menudo muchos Demócratas para hablar de nosotros y las medidas que se proponen, como la imposición de cuotas restringiendo los servicios públicos y poniendo fin al derecho de ciudadanía por nacimiento.

Una carta remitida hace dos semanas por los siete senadores Republicanos del Comité Judicial planteando al Departamento de Interior la cantidad de dinero que haría falta para deportar a los inmigrantes en situación irregular que se encuentre el gobierno plantea una peligrosa escalada en campaña contra los inmigrantes irregulares.

Imagine las tensiones en la calle por toda América si empiezan a coger y deportar a nuestras familias y amigos.

Y también le suplico, Sr. Boehner, no sólo en interés de su partido sino en aras de la paz nacional, que haga que su partido rebaje la retórica. Sí, la irregularidad tiene que acabar, y se implantan nuevos sistemas de control del orden. Depende de usted ayudar a integrar de forma constructiva hasta a los inmigrantes irregulares aquí de la forma que más beneficie a nuestro gran país.

Carta de un inmigrante

Edward Schumacher-Matos
Edward Schumacher-Matos
viernes, 5 de noviembre de 2010, 23:00 h (CET)
BOSTON -- Estimado Representante John Boehner:

Reciba la felicitación de un inmigrante por su victoria esta semana. Creo que hablo en nombre de todos los inmigrantes cuando digo que me conmovieron sus lágrimas la noche del martes al darse cuenta de que el hijo de un barman va a ser el probable presidente de la Cámara.

Fue un gran momento americano - del tipo que nos a atrae a tantos hasta aquí también, a través de la fuerza de nuestros propios esfuerzos, a tratar de realizarnos, nuestras familias y, esperamos, a mejorar nuestro país - este país, los Estados Unidos de América.

Yo mismo vine como hijo adoptivo de un padrastro estadounidense, y era de su estado: Ohio. Su familia eran los Schumacher de Cincinnati, y justo la otra noche estaba mirando las fotos de cuando tenía 8 años y visitaba la explotación de maíz de mi tío Ray a las afueras de la ciudad, cerca de la vieja fábrica de pianos Baldwin, a orillas del río Ohio. Digo "mi" tío Ray porque toda la familia nos llevaban a mí y a mi madre colombiana como parte de ellos, con la generosidad que hace famosos a los americanos. Escribir sobre esto me hace llorar igual.

Pero hay algo que me preocupa a mí y a la mayoría de los inmigrantes, a juzgar por los resultados electorales. Tiene que ver con su partido. ¿Por qué los Republicanos nos hacen sentir como el enemigo, los no-americanos, la gente de la que queréis recuperar el país?

Muchos Republicanos ven la inmigración como un mecanismo Demócrata para registrar nuevos votantes. Y sí, la mayoría de los colectivos de inmigrantes hoy - como los irlandeses o los italianos o los demás antes - tienden a votar Demócrata, pero eso es porque los Demócratas dialogan más con nosotros.

La ironía reside en que la mayoría de los inmigrantes son probablemente Republicanos naturales. La mayoría de nosotros somos partidarios de los valores sociales conservadores y de la ética de trabajo. Hasta aquellos con escasa formación, como tantos mexicanos o centroamericanos, son emprendedores. Abrimos más negocios que los estadounidenses oriundos - un 70 por ciento más, según el índice de la Fundación Kauffman.

Mi madre tenía un salón de belleza en Columbus, Ga., en un centro comercial y luego en su casa hasta que finalmente se jubiló a los 83 años. Mi hermano lleva un negocio de abastos militares en Tallahassee, Fla. Es simpatizante del movimiento fiscal, y los dos votan a los Republicanos.

Mi hermana es una agente inmobiliaria independiente residente en Atlanta, y yo abrí mi propio grupo de prensa en español ya desaparecido en Texas. Yo soy la oveja negra de la familia como empresario, lo que dice bastante de la capacidad de los periodistas de cubrir una nómina. Pero mi hermana y yo hemos votado tanto a Republicanos como a Demócratas.

Y sin embargo su partido está siendo barrido entre el voto inmigrante. Se perdió el Senado porque la friolera de 90% del voto latino en Nevada fue a parar a Harry Reid, el 86% de California a Bárbara Boxer, y el 81% votó en Colorado a Michael Bennet, según los sondeos de LatinoDecisions.

Y no se engañe con el éxito de sus candidatos de segunda generación. LatinoDecisons dice que Marco Rubio sólo se llevó el 40% del voto latino no cubano a senador en Florida. En dos elecciones a la gobernación frente a oriundos, Susana Martínez obtuvo el 38% del voto latino en Nuevo México y Brian Sandoval apenas el 15% en Nevada.

Nikki Haley se une en Carolina del Sur a su colega Republicano Bobby Jindal en Louisiana como segunda gobernadora estadounidense de origen indio, pero los asiáticos en general, y los indios americanos en particular, votan de manera mayoritaria a los Demócratas. También los inmigrantes caribeños y africanos.

Piense en el lenguaje de odio que utilizan a menudo muchos Demócratas para hablar de nosotros y las medidas que se proponen, como la imposición de cuotas restringiendo los servicios públicos y poniendo fin al derecho de ciudadanía por nacimiento.

Una carta remitida hace dos semanas por los siete senadores Republicanos del Comité Judicial planteando al Departamento de Interior la cantidad de dinero que haría falta para deportar a los inmigrantes en situación irregular que se encuentre el gobierno plantea una peligrosa escalada en campaña contra los inmigrantes irregulares.

Imagine las tensiones en la calle por toda América si empiezan a coger y deportar a nuestras familias y amigos.

Y también le suplico, Sr. Boehner, no sólo en interés de su partido sino en aras de la paz nacional, que haga que su partido rebaje la retórica. Sí, la irregularidad tiene que acabar, y se implantan nuevos sistemas de control del orden. Depende de usted ayudar a integrar de forma constructiva hasta a los inmigrantes irregulares aquí de la forma que más beneficie a nuestro gran país.

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No voy a matarme mucho con este artículo. La opinión de mi madre Fisioterapeuta, mi hermana Realizadora de Tv y mía junto a la de otras aportaciones, me basta. Mi madre lo tiene claro, la carne le huele a podrido. No puede ni verla. Sólo desea ver cuerpos de animales poblados de almas. Mi hermana no puede comerla porque sería como comerse uno de sus gatos. Y a mí me alteraría los niveles de la sangre, me sentiría más pesada y con mayor malestar general.

En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.

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