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Mayca Sánchez

El Ágora de Aspasia

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La perfección no existe. Ni tan siquiera en los genios. Hasta el más grande de los mitos viene provisto de su propio talón de Aquiles, y Ryszard Kapuscinski no iba a ser menos. Por si existía alguna duda, Artur Domoslawki se ha encargado de desvelar el punto flaco del que ha sido uno de los mayores reporteros del siglo XX. Lo ha hecho en una polémica y ambiciosa biografía que fue vetada, incluso, por la viuda del escritor. Así las cosas, cuesta creer que el tal Domoslawki fuese fiel discípulo y que se haya declarado ‘amigo’ del autor de obras como ‘Ébano’ o ‘La guerra del fútbol’. ¿Su objetivo era desmontar el mito que durante años, cuentan que, se forjó él mismo? Seguramente no. Más bien, abogo porque Artur es un gran conocedor del oficio y sabe que escribir una biografía al uso es una pérdida de tiempo. Sin embargo, desvelar los entresijos del genio no sólo genera controversia, sino también éxito y ventas. Prueba de ello es la conmoción que se vivió en Polonia nada más ver la luz el texto. En tan solo unas horas: 45.000 ejemplares vendidos.

La polémica de ‘Kapuscinski non-fiction’ dicen que reside en los pasajes en los que se acusa al periodista de espiar para las autoridades comunistas, de teñir de fantasía sus textos periodísticos y de gozar de una intensa vida extramatrimonial.
Sin duda, estamos ante una biografía que no habría hecho muy feliz al que fuera reconocido en nuestro país con el Príncipe de Asturias. Su ego –como el de cualquier otro genio- no habría podido digerir tal traición. Sin embargo, ninguna de estas confesiones quita enteros a una trayectoria formidable, ni a su personal estilo, capaz de crear escuela y ser la referencia de periodistas veteranos e incipientes. No olvidemos que Kapuscinski fue algo más que un cronista. Gracias a su profesión tuvo el privilegio de ser testigo de revoluciones, dictaduras, golpes de estado y toda clase de rebeldías en América, Asia y África y al pie de la noticia no le importó jugarse la vida. La base informativa siempre estuvo ahí... Pero el éxito no le llegó de la mano de unas líneas escuetas e informativas enviadas a la agencia polaca PAP, sino por aquellos cuadernos de viaje en los que relataba cuanto le rodeaba. En estos textos es lícito y no se arremete contra ninguna ética el obviar la neutralidad para, como él le llamaba, ‘intensificar’ la realidad. Dicho de otra manera, contar las cosas con el sesgo de su propia mirada.

Por otra parte, no es extraño que Kapuscinski ejerciera ciertas simpatías con la izquierda. De lo contrario, probablemente no habría podido hacer carrera periodística en un sistema que no era democrático.

En cuanto a la infidelidad a Alicja... Eso queda en casa. Desde luego, la grandeza del polaco no residió nunca en su intachable currículo como esposo. Fue un viajero incansable, un hombre que creció en la guerra y dispuesto a correr cualquier riesgo...Pero siempre logró salvar los muebles y al parecer, también su matrimonio.

Ahora las aventuras y desventuras de Kapuscinski supone para muchos desmotar un mito y someterle a juicio. Pero el lugar que ocupa su literatura, no deja margen a la duda, la sentencia es bien clara.

El Ágora de Aspasia

Mayca Sánchez
Mayca Sánchez
miércoles, 3 de noviembre de 2010, 11:39 h (CET)
La perfección no existe. Ni tan siquiera en los genios. Hasta el más grande de los mitos viene provisto de su propio talón de Aquiles, y Ryszard Kapuscinski no iba a ser menos. Por si existía alguna duda, Artur Domoslawki se ha encargado de desvelar el punto flaco del que ha sido uno de los mayores reporteros del siglo XX. Lo ha hecho en una polémica y ambiciosa biografía que fue vetada, incluso, por la viuda del escritor. Así las cosas, cuesta creer que el tal Domoslawki fuese fiel discípulo y que se haya declarado ‘amigo’ del autor de obras como ‘Ébano’ o ‘La guerra del fútbol’. ¿Su objetivo era desmontar el mito que durante años, cuentan que, se forjó él mismo? Seguramente no. Más bien, abogo porque Artur es un gran conocedor del oficio y sabe que escribir una biografía al uso es una pérdida de tiempo. Sin embargo, desvelar los entresijos del genio no sólo genera controversia, sino también éxito y ventas. Prueba de ello es la conmoción que se vivió en Polonia nada más ver la luz el texto. En tan solo unas horas: 45.000 ejemplares vendidos.

La polémica de ‘Kapuscinski non-fiction’ dicen que reside en los pasajes en los que se acusa al periodista de espiar para las autoridades comunistas, de teñir de fantasía sus textos periodísticos y de gozar de una intensa vida extramatrimonial.
Sin duda, estamos ante una biografía que no habría hecho muy feliz al que fuera reconocido en nuestro país con el Príncipe de Asturias. Su ego –como el de cualquier otro genio- no habría podido digerir tal traición. Sin embargo, ninguna de estas confesiones quita enteros a una trayectoria formidable, ni a su personal estilo, capaz de crear escuela y ser la referencia de periodistas veteranos e incipientes. No olvidemos que Kapuscinski fue algo más que un cronista. Gracias a su profesión tuvo el privilegio de ser testigo de revoluciones, dictaduras, golpes de estado y toda clase de rebeldías en América, Asia y África y al pie de la noticia no le importó jugarse la vida. La base informativa siempre estuvo ahí... Pero el éxito no le llegó de la mano de unas líneas escuetas e informativas enviadas a la agencia polaca PAP, sino por aquellos cuadernos de viaje en los que relataba cuanto le rodeaba. En estos textos es lícito y no se arremete contra ninguna ética el obviar la neutralidad para, como él le llamaba, ‘intensificar’ la realidad. Dicho de otra manera, contar las cosas con el sesgo de su propia mirada.

Por otra parte, no es extraño que Kapuscinski ejerciera ciertas simpatías con la izquierda. De lo contrario, probablemente no habría podido hacer carrera periodística en un sistema que no era democrático.

En cuanto a la infidelidad a Alicja... Eso queda en casa. Desde luego, la grandeza del polaco no residió nunca en su intachable currículo como esposo. Fue un viajero incansable, un hombre que creció en la guerra y dispuesto a correr cualquier riesgo...Pero siempre logró salvar los muebles y al parecer, también su matrimonio.

Ahora las aventuras y desventuras de Kapuscinski supone para muchos desmotar un mito y someterle a juicio. Pero el lugar que ocupa su literatura, no deja margen a la duda, la sentencia es bien clara.

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