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Alejandro Bertolet

Suenan tambores de guerra en Chapín

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La derrota en Granada podría acarrear consecuencias drásticas para el futuro del Xerez y de su entrenador, Javi López, señalado como el principal responsable del desastre

Tras la humillante derrota (5-0) en el duelo regional de Granada del pasado sábado, en el Xerez Club Deportivo empiezan a bajar turbias las aguas. Según Xerezmania.com, portal web dedicado a la información xerecista, en los vestuarios del estadio Los Cármenes pudo llegar la sangre al río y jugadores y técnico llegaron a enfrentarse de forma vehemente. No obstante, el director deportivo azulino, Emilio Viqueira, ya ha ratificado su confianza en el entrenador catalán, que, según apuntan estas mismas fuentes podría haber llegado a plantearse la dimisión.

El clima es extraordinariamente hostil para unos jugadores y un entrenador que completaron un espantoso ridículo con el agravante de la presencia de un millar de aficionados xerecistas desplazados a la capital granadina. El mismo Viqueira ha pedido perdón a la hinchada azulina por el vergonzoso encuentro. Parece hasta admisible pensar que un partido así justificaría por sí solo la toma de medidas drásticas para enderezar la nave. Pese a ello, conviene analizar la situación con la cabeza fría y algo más de perspectiva.

El Xerez 2010/2011, como expusimos en Diario Siglo XXI en algún análisis anterior, es un equipo construido de la nada por su director deportivo. Muy pocos son los efectivos que ya se encontraban contratados por el club la pasada campaña. A saber; el portero Chema, el reconvertido central Moreno, los laterales Redondo y Mendoza y los delanteros Antoñito y Mario Bermejo. El resto de la plantilla, hasta un total de dieciséis futbolistas, se incorporó el pasado verano. Cabría imaginar, pues, que entra dentro de la lógica que el equipo pasase por altos y bajos, hasta que no transcurriese un prudencial periodo de adaptación.

Sin embargo, la elección del entrenador, Javi López, un hombre con un currículum cargado de despidos y fracasos, desde un primer momento elevó el nivel de susceptibilidad en torno al equipo. Un conjunto que, no lo olvidemos, es recién descendido a Segunda División y acabó su anterior campaña en la división de honor del fútbol español realizando una segunda vuelta realmente espectacular. Parece razonable también desconfiar en las aptitudes del técnico, dado su currículum y, especialmente, dada la pésima imagen mostrada por el equipo azulino casi en la mitad de los encuentros ligueros disputados.

Y es que no sólo en Granada salieron los jerezanos goleados. El Cartagena se paseó por Chapín en la primera jornada de liga, así como el filial del Barcelona perdonó la goleada ante los azulinos en el siguiente encuentro. El Huesca, un equipo que llegaba sin haber cosechado una sola victoria, anotó tres tantos en el feudo xerecista y perdonó varios más, dejando al descubierto la fragilidad defensiva de los de Javi López. Sin embargo, no todo han sido derrotas. Los xerecistas acumularon hasta cuatro victorias consecutivas merced a un buen trabajo defensivo y la calidad de sus hombres más determinantes arriba hasta el momento; Capi y José Mari, que, para colmo de males, están lesionados y no se prevé su vuelta hasta que transcurran un par de semanas cuanto menos.

Así las cosas, y pese a que los resultados en términos absolutos y la posición clasificatoria no son tan catastróficos, la sensación general es que el equipo depende en exceso de sus hombres de arriba y apenas es capaz de contener a cualquier equipo que maneje la pelota con claridad y rapidez, como hizo el Granada el pasado sábado. La paciencia de un gran sector de la afición parece haberse colmado y el crédito del técnico podría llegar a su fin de no haber un nuevo cambio en la imagen del equipo el próximo sábado ante el nuevo colista, el Recreativo de Huelva.

Suenan tambores de guerra en Chapín

Alejandro Bertolet
Alejandro Bertolet Reina
lunes, 1 de noviembre de 2010, 13:01 h (CET)
La derrota en Granada podría acarrear consecuencias drásticas para el futuro del Xerez y de su entrenador, Javi López, señalado como el principal responsable del desastre

Tras la humillante derrota (5-0) en el duelo regional de Granada del pasado sábado, en el Xerez Club Deportivo empiezan a bajar turbias las aguas. Según Xerezmania.com, portal web dedicado a la información xerecista, en los vestuarios del estadio Los Cármenes pudo llegar la sangre al río y jugadores y técnico llegaron a enfrentarse de forma vehemente. No obstante, el director deportivo azulino, Emilio Viqueira, ya ha ratificado su confianza en el entrenador catalán, que, según apuntan estas mismas fuentes podría haber llegado a plantearse la dimisión.

El clima es extraordinariamente hostil para unos jugadores y un entrenador que completaron un espantoso ridículo con el agravante de la presencia de un millar de aficionados xerecistas desplazados a la capital granadina. El mismo Viqueira ha pedido perdón a la hinchada azulina por el vergonzoso encuentro. Parece hasta admisible pensar que un partido así justificaría por sí solo la toma de medidas drásticas para enderezar la nave. Pese a ello, conviene analizar la situación con la cabeza fría y algo más de perspectiva.

El Xerez 2010/2011, como expusimos en Diario Siglo XXI en algún análisis anterior, es un equipo construido de la nada por su director deportivo. Muy pocos son los efectivos que ya se encontraban contratados por el club la pasada campaña. A saber; el portero Chema, el reconvertido central Moreno, los laterales Redondo y Mendoza y los delanteros Antoñito y Mario Bermejo. El resto de la plantilla, hasta un total de dieciséis futbolistas, se incorporó el pasado verano. Cabría imaginar, pues, que entra dentro de la lógica que el equipo pasase por altos y bajos, hasta que no transcurriese un prudencial periodo de adaptación.

Sin embargo, la elección del entrenador, Javi López, un hombre con un currículum cargado de despidos y fracasos, desde un primer momento elevó el nivel de susceptibilidad en torno al equipo. Un conjunto que, no lo olvidemos, es recién descendido a Segunda División y acabó su anterior campaña en la división de honor del fútbol español realizando una segunda vuelta realmente espectacular. Parece razonable también desconfiar en las aptitudes del técnico, dado su currículum y, especialmente, dada la pésima imagen mostrada por el equipo azulino casi en la mitad de los encuentros ligueros disputados.

Y es que no sólo en Granada salieron los jerezanos goleados. El Cartagena se paseó por Chapín en la primera jornada de liga, así como el filial del Barcelona perdonó la goleada ante los azulinos en el siguiente encuentro. El Huesca, un equipo que llegaba sin haber cosechado una sola victoria, anotó tres tantos en el feudo xerecista y perdonó varios más, dejando al descubierto la fragilidad defensiva de los de Javi López. Sin embargo, no todo han sido derrotas. Los xerecistas acumularon hasta cuatro victorias consecutivas merced a un buen trabajo defensivo y la calidad de sus hombres más determinantes arriba hasta el momento; Capi y José Mari, que, para colmo de males, están lesionados y no se prevé su vuelta hasta que transcurran un par de semanas cuanto menos.

Así las cosas, y pese a que los resultados en términos absolutos y la posición clasificatoria no son tan catastróficos, la sensación general es que el equipo depende en exceso de sus hombres de arriba y apenas es capaz de contener a cualquier equipo que maneje la pelota con claridad y rapidez, como hizo el Granada el pasado sábado. La paciencia de un gran sector de la afición parece haberse colmado y el crédito del técnico podría llegar a su fin de no haber un nuevo cambio en la imagen del equipo el próximo sábado ante el nuevo colista, el Recreativo de Huelva.

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