Mourinho se está descubriendo como un excelente relaciones públicas del Real Madrid. Bueno, y hasta en un exquisito jefe de prensa de empresa privadas. Aparte de su trabajo en el césped, sus apariciones públicas en ruedas de prensa o entrevista se han convertido en un apéndice de cómo manejar el club.
El portugués sabe lo que quiere, pero se distingue por un aspecto del que carecemos muchos: cómo conseguirlo. Mourinho maneja a la prensa a su antojo, para captar la atención o para distraer. Se atreve a impartir clases de periodismo como en su ya famosa rueda de prensa de Auxerre, cuando los medios le pedían cuentas por la no convocatoria de Pedro León. “¿No me preguntáis por quiénes van a jugar?”, apuntilló entonces. Y con toda la razón, porque como él mismo había adelantado antes: “La especulación es un problema del periodismo”.
Maestro, Mourinho sigue dando clases de comunicación. Cuando al Madrid se le criticaba su incapacidad goleadora, él atacaba en rueda de prensa a lo blando que salió el Sporting en el Camp Nou. Ahora, con la crisis de Benzema, resta presión al francés atacando a Villa y su mala racha en el Barcelona. A Schuster las ruedas de prensa no le valían para nada, le molestaban, se las ventilaba en 30 segundos. Mou sí que se las trabaja y podría dar hasta un máster a muchos periodistas.