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Miguel Terroso

El Real Madrid, ante una temporada decisiva

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Según ha publicado un diario deportivo de tirada nacional esta semana, Ettore Messina ha recibido un segundo aviso por parte de los responsables del Real Madrid tras la derrota en Atenas frente a Olympiakos en el partido que abría la presente edición de la Euroliga. El primero se produjo tras la escandalosa e injustificable derrota frente al Regal Barça en la Supercopa, toda una dosis de hiperrealidad para un Real Madrid que había sufrido un verano casi más convulso que toda la anterior temporada (y eso era bastante complicado).

Y es que, recapitulando, muchos han sido los problemas que la sección de baloncesto ha tenido que padecer en el inicio de la presente campaña. Para empezar, y condicionando la confección de la plantilla, una reducción muy sensible de la partida presupuestaria. Como consecuencia, no se le pudo dar el finiquito a Jorge Garbajosa, jugador del que Ettore Messina había dejado clara su intención de que no continuase y que ha tenido que aceptar en la plantilla hasta la extinción de su contrato. Por otro lado, muchos nombres de altísimo nivel sonaron para dar ese salto de calidad que muchos habían echado en falta en la anterior campaña. Se habló de Siskaukas, de Woods, incluso de Rudy Fernández. Pero al final llegó…Clay Tucker. Muchos vieron incomprensible esta incorporación teniendo en cuenta como el Real Madrid se había desprendido de Louis Bullock, un jugador con un perfil bastante similar a Tucker. Por si todo esto no fuese suficiente, poco antes de iniciarse la campaña abandonó el club Antonio Maceiras, principal responsable de la sección junto con Ettore Messina (del que se llegó a especular, incluso, que había puesto el cargo a disposición del club). Al menos, el culebrón Carlos Suarez tuvo un final feliz y se consiguió ese ansiado alero con el que taponar una de las principales carencias en el juego del equipo y que tantos quebraderos de cabeza le habían ocasionado a Ettore Messina.

A pesar de tantas contrariedades, lo cierto es que el Real Madrid disponía de un conjunto más joven que la campaña anterior, con varios jugadores llamadas a desempeñar un papel de relevancia en el baloncesto de los próximos años como son Llull o Ante Tomic. Podríamos incluir en este grupo a Nole Velickovic, pero su rendimiento en el club ha sido muy irregular (a un nivel muy inferior al ofrecido con la selección serbia), casi relegado al ostracismo por un Ettore Messina que por momentos ha parecido no tener demasiado claro qué buscaba del jugador balcánico, declarando en alguna ocasión durante la recta final de la temporada pasada que quería convertirlo en 3, demarcación en la que jugó bastante tiempo con un rendimiento desigual (tenía un tiro solamente correcto para lo que es un 4 en la actualidad, siendo su rendimiento en dicho aspecto del juego insuficiente a todas luces para un alero) para en el comienzo de esta temporada volver a colocarlo en el poste bajo el tiempo que ha jugado, que por otra parte ha sido bastante escaso. Ettore Messina dice que Nole ya sabe lo que debe hacer para jugar más y el jugador dice que la película no va con él, que se encuentra bien y que lo único que hace es esperar en el banquillo su oportunidad.

Todo esto ha generado que en algunos círculos se haya comparado la situación actual con la época de Joan Plaza, responsable según muchos de los males que azotaban al Real Madrid hasta su marcha. Sin entrar en valoraciones deportivas o de quien sacó mejor rendimiento a sus plantillas, lo cierto es que el catalán nunca tuvo el presupuesto del que ha dispuesto Ettore en su primera temporada, ni se le hizo tanto caso en sus peticiones a la hora de cubrir según que posiciones.

Lo cierto es que, para bien o para mal, la presente temporada se antoja clave en el devenir de la sección de baloncesto merengue, demasiado acostumbrado en los últimos años a un papel excesivamente secundario, y definitiva en la continuidad de Ettore Messina en el conjunto blanco. En su mano está saber sacar partido a una base joven y prometedora.

El Real Madrid, ante una temporada decisiva

Miguel Terroso
Miguel Terroso
sábado, 23 de octubre de 2010, 04:35 h (CET)
Según ha publicado un diario deportivo de tirada nacional esta semana, Ettore Messina ha recibido un segundo aviso por parte de los responsables del Real Madrid tras la derrota en Atenas frente a Olympiakos en el partido que abría la presente edición de la Euroliga. El primero se produjo tras la escandalosa e injustificable derrota frente al Regal Barça en la Supercopa, toda una dosis de hiperrealidad para un Real Madrid que había sufrido un verano casi más convulso que toda la anterior temporada (y eso era bastante complicado).

Y es que, recapitulando, muchos han sido los problemas que la sección de baloncesto ha tenido que padecer en el inicio de la presente campaña. Para empezar, y condicionando la confección de la plantilla, una reducción muy sensible de la partida presupuestaria. Como consecuencia, no se le pudo dar el finiquito a Jorge Garbajosa, jugador del que Ettore Messina había dejado clara su intención de que no continuase y que ha tenido que aceptar en la plantilla hasta la extinción de su contrato. Por otro lado, muchos nombres de altísimo nivel sonaron para dar ese salto de calidad que muchos habían echado en falta en la anterior campaña. Se habló de Siskaukas, de Woods, incluso de Rudy Fernández. Pero al final llegó…Clay Tucker. Muchos vieron incomprensible esta incorporación teniendo en cuenta como el Real Madrid se había desprendido de Louis Bullock, un jugador con un perfil bastante similar a Tucker. Por si todo esto no fuese suficiente, poco antes de iniciarse la campaña abandonó el club Antonio Maceiras, principal responsable de la sección junto con Ettore Messina (del que se llegó a especular, incluso, que había puesto el cargo a disposición del club). Al menos, el culebrón Carlos Suarez tuvo un final feliz y se consiguió ese ansiado alero con el que taponar una de las principales carencias en el juego del equipo y que tantos quebraderos de cabeza le habían ocasionado a Ettore Messina.

A pesar de tantas contrariedades, lo cierto es que el Real Madrid disponía de un conjunto más joven que la campaña anterior, con varios jugadores llamadas a desempeñar un papel de relevancia en el baloncesto de los próximos años como son Llull o Ante Tomic. Podríamos incluir en este grupo a Nole Velickovic, pero su rendimiento en el club ha sido muy irregular (a un nivel muy inferior al ofrecido con la selección serbia), casi relegado al ostracismo por un Ettore Messina que por momentos ha parecido no tener demasiado claro qué buscaba del jugador balcánico, declarando en alguna ocasión durante la recta final de la temporada pasada que quería convertirlo en 3, demarcación en la que jugó bastante tiempo con un rendimiento desigual (tenía un tiro solamente correcto para lo que es un 4 en la actualidad, siendo su rendimiento en dicho aspecto del juego insuficiente a todas luces para un alero) para en el comienzo de esta temporada volver a colocarlo en el poste bajo el tiempo que ha jugado, que por otra parte ha sido bastante escaso. Ettore Messina dice que Nole ya sabe lo que debe hacer para jugar más y el jugador dice que la película no va con él, que se encuentra bien y que lo único que hace es esperar en el banquillo su oportunidad.

Todo esto ha generado que en algunos círculos se haya comparado la situación actual con la época de Joan Plaza, responsable según muchos de los males que azotaban al Real Madrid hasta su marcha. Sin entrar en valoraciones deportivas o de quien sacó mejor rendimiento a sus plantillas, lo cierto es que el catalán nunca tuvo el presupuesto del que ha dispuesto Ettore en su primera temporada, ni se le hizo tanto caso en sus peticiones a la hora de cubrir según que posiciones.

Lo cierto es que, para bien o para mal, la presente temporada se antoja clave en el devenir de la sección de baloncesto merengue, demasiado acostumbrado en los últimos años a un papel excesivamente secundario, y definitiva en la continuidad de Ettore Messina en el conjunto blanco. En su mano está saber sacar partido a una base joven y prometedora.

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