Escribo estas líneas a las 8.33 a.m. Se avecinan cambios en el Gobierno central. Dicen que Rubalcaba ocuparía la vicepresidencia y que Pajín se encargaría de Sanidad. ¿No era hoy cuando se votaba definitivamente la ley anti-tabaco? Cambios en la vida de los fumadores y los periodistas tendrán que trabajar como locos para cubrir la rumorología que ha surgido a primera hora de la mañana. Cambios, cambios… cuando un equipo de fútbol no funciona se cambia de entrenador y cuando el partido no funciona se hacen cambios en el descanso. Cuando un Gobierno no funciona el entrenador trata de mover piezas…

Y me pregunto (sorpresa, sorpresa): ¿qué va a cambiar realmente? Sí, muchos esperamos el cambio definitivo como revulsivo (el del presidente). Sí, soy fumador y por tanto de los que quieren elecciones anticipadas, de los que esperan un milagro y que España entre en razón y que no prohíban fumar en los bares… No, España no parece razonable y ayer mismo dijo que como se permitía fumar en las terrazas y España es un país con buen tiempo que no habrá problema. ¿Acaso soy el único que desde hace un par de días tiene frío? ¿Soy el único que piensa que cuando ya se pierde el partido 5-0 es mejor asumir la culpa? ¿Soy el único cansado de tanto cambio sin resultado?

Cambian desde Europa las carreras universitarias y se llaman ahora “de grado”. Las ingenierías son ahora de cuatro años y los planes de estudios varían… dicen que para adaptarse mejor al nuevo mercado laboral. Cuando estaba estudiando alguien me contó el siguiente chiste:

-¿Qué le dice un estudiante a un licenciado?
-Ni idea –responde el que no se sabe el chiste.
-Una doble con queso.
Y las universidades reducen el número de plazas (¿dato extraoficial?) porque se reduce el presupuesto y en los colegios los cupos de alumnos se amplían y ya hasta unos niños que no saben quién fue Napoleón conocen el nombre de Zapatero.

Cambios, cambios… cambios para justificar las malas políticas y cambios que llevan a nada y cambios otra vez hasta que alguien, alguna vez, diga algo coherente. Será ese alguien, como siempre, un loco, ese alguien al que se le ocurra la genial idea de crear riqueza. Está complicada la cosa, es cierto… ¿en qué me afectan a mí las políticas de corte social de las que tanto se enorgullece el Gobierno?

-¡Ha habido dictadores más socialistas que este tipo! –escuché el otro día en un bar (frase adaptada, que el lector inteligente deduzca el cambio).

Se reducen las ayudas y se cambia y se trata de recaudar más porque los pocos con empleo son los únicos que ahora tienen que aportar… ¡y por partida doble! Porque la política requiere pactos y las Islas Canarias también son España y reclaman también y el Gobierno central se resiente de nuevo. ¿Hacia dónde caminamos, señor Zapatero?

Habrá cambios, habrá nuevos cambios y lo viejo se cambiará por lo viejo travestido de nuevo. Mientras, los universitarios verán como los recortes sesgarán su educación y los estudiantes de secundaria se verán confinados a aulas más pequeñas y a profesores enfadados porque, ayer, su vida era mejor.

Quizás mañana, como reza una canción, España estará mejor.

Quizás.