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Domingo Delgado

Patinazo de la Unesco al instituir un premio con el dictador Obiang

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La Organización de Naciones Unidas, especializada en el ámbito de la educación, la ciencia y la cultura, la UNESCO que define su misión y trabajo en términos de apoyo a dicho, poniendo especial énfasis en promover 'el cumplimiento de los Derechos Humanos, el respeto mutuo y el alivio de la pobreza', ha dado un patinazo instituyendo un premio con un dictador africano como copatrocinador, como es el presidente Guineano, que de esta forma, pretende lavar su mala imagen internacional, al tiempo que la UNESCO pudiera desprestigiarse por facilitar este propósito a un dictador africano de la talla de Obiang, que en la actualidad posee importantes recursos petrolíferos, y en esto pueda estar la razón del premio y el acercamiento de la UNESCO al dictador, que no se ha destacado precisamente por defender los derechos humanos que dice defender la institución filial de la ONU.

Por tal motivo, un centenar de personalidades africanos, entre los que figuran los Premios Nobel Desmond Tutu y Wole Soyinka y numerosos intelectuales y activistas ecuatoguineanos, han reclamado la cancelación del Premio Internacional de UNESCO-Obiang Nguema Mbasogo para Investigación en Ciencias de la Vida, por considerar que "contradice la misión de la UNESCO" y supone "un insulto a los africanos" que trabajan por mejorar la realidad de sus países.

La autoritaria trayectoria del presidente guineano, que da nombre y financia el premio UNESCO-Obiang, no es ejemplo de patrocinio ni albergue alguno por la ONU, si realmente quiere mantener impoluto su marchamo de defensa de los derechos humanos y las libertades públicas, pues el tropezón dado por los máximos dirigentes de la UNESCO merece su inmediata reprobación por parte de la Comunidad Internacional, y por consecuencia su cese, ya que si han sido capaces de ser “cegados” por los petrodólares de Obiang, y han obviado la realidad social, económica y política de Guinea Ecuatorial, realmente no son merecedores de ostentar una alta representación en un organismo de la Comunidad Internacional.

Los firmantes también expresan su preocupación por ciertas informaciones publicadas en los medios de comunicación según las cuales la UNESCO "está considerando transferir este premio a los auspicios de la Unión Africana". "Dar legitimidad a este premio, ya sea a través de UNESCO, la Unión Africana o cualquier otra entidad, perjudicaría de igual modo a la causa de prosperar en los Derechos Humanos en África", aseveran.

De hecho, ni siquiera la explotación petrolífera de Guinea, con su considerable incremento de la riqueza nacional, que le lleva a ser el cuarto productor de petróleo de África subsahariana, con el PIB más alto del continente, ha supuesto una mejora del nivel de vida de los guineanos, donde más del 75% de su población vive en extrema pobreza, siendo escasos los niveles de educación y sanidad del país, al carecer de un sistema público que garantice esos derechos a sus habitantes. Siendo la tasa de mortalidad infantil la más alta del mundo, y el gasto en educación fue uno de los más bajos del planeta.

Otra de las contradicciones de la UNESCO al instaurar este premio, ha sido la falta de consideración de que Guinea carece de centros de investigación científica, de forma que ninguno de sus habitantes podría optar al premio. Todo lo cual, nos revela que es un país en el que la injusticia social está patente, en razón a que la riqueza del petróleo no está revirtiendo en la sociedad guineana para su progreso y mejora del nivel de vida.

Por otra parte, los derechos económicos, sociales y políticos son despreciados por el gobierno de Obiang, ante la falta de libertad de expresión, asociación, así como la práctica de la tortura y detenciones arbitrarias son practicadas con frecuencia con total impunidad.

Así que lo dicho, “patinazo de la UNESCO”, que debería ser inmediatamente remediado, rendida cuentas y exigidas responsabilidades políticas a sus dirigentes por tal escarnio moral a tantos demócratas y víctimas de estos sátrapas contemporáneos.

Patinazo de la Unesco al instituir un premio con el dictador Obiang

Domingo Delgado
Domingo Delgado
miércoles, 20 de octubre de 2010, 06:41 h (CET)
La Organización de Naciones Unidas, especializada en el ámbito de la educación, la ciencia y la cultura, la UNESCO que define su misión y trabajo en términos de apoyo a dicho, poniendo especial énfasis en promover 'el cumplimiento de los Derechos Humanos, el respeto mutuo y el alivio de la pobreza', ha dado un patinazo instituyendo un premio con un dictador africano como copatrocinador, como es el presidente Guineano, que de esta forma, pretende lavar su mala imagen internacional, al tiempo que la UNESCO pudiera desprestigiarse por facilitar este propósito a un dictador africano de la talla de Obiang, que en la actualidad posee importantes recursos petrolíferos, y en esto pueda estar la razón del premio y el acercamiento de la UNESCO al dictador, que no se ha destacado precisamente por defender los derechos humanos que dice defender la institución filial de la ONU.

Por tal motivo, un centenar de personalidades africanos, entre los que figuran los Premios Nobel Desmond Tutu y Wole Soyinka y numerosos intelectuales y activistas ecuatoguineanos, han reclamado la cancelación del Premio Internacional de UNESCO-Obiang Nguema Mbasogo para Investigación en Ciencias de la Vida, por considerar que "contradice la misión de la UNESCO" y supone "un insulto a los africanos" que trabajan por mejorar la realidad de sus países.

La autoritaria trayectoria del presidente guineano, que da nombre y financia el premio UNESCO-Obiang, no es ejemplo de patrocinio ni albergue alguno por la ONU, si realmente quiere mantener impoluto su marchamo de defensa de los derechos humanos y las libertades públicas, pues el tropezón dado por los máximos dirigentes de la UNESCO merece su inmediata reprobación por parte de la Comunidad Internacional, y por consecuencia su cese, ya que si han sido capaces de ser “cegados” por los petrodólares de Obiang, y han obviado la realidad social, económica y política de Guinea Ecuatorial, realmente no son merecedores de ostentar una alta representación en un organismo de la Comunidad Internacional.

Los firmantes también expresan su preocupación por ciertas informaciones publicadas en los medios de comunicación según las cuales la UNESCO "está considerando transferir este premio a los auspicios de la Unión Africana". "Dar legitimidad a este premio, ya sea a través de UNESCO, la Unión Africana o cualquier otra entidad, perjudicaría de igual modo a la causa de prosperar en los Derechos Humanos en África", aseveran.

De hecho, ni siquiera la explotación petrolífera de Guinea, con su considerable incremento de la riqueza nacional, que le lleva a ser el cuarto productor de petróleo de África subsahariana, con el PIB más alto del continente, ha supuesto una mejora del nivel de vida de los guineanos, donde más del 75% de su población vive en extrema pobreza, siendo escasos los niveles de educación y sanidad del país, al carecer de un sistema público que garantice esos derechos a sus habitantes. Siendo la tasa de mortalidad infantil la más alta del mundo, y el gasto en educación fue uno de los más bajos del planeta.

Otra de las contradicciones de la UNESCO al instaurar este premio, ha sido la falta de consideración de que Guinea carece de centros de investigación científica, de forma que ninguno de sus habitantes podría optar al premio. Todo lo cual, nos revela que es un país en el que la injusticia social está patente, en razón a que la riqueza del petróleo no está revirtiendo en la sociedad guineana para su progreso y mejora del nivel de vida.

Por otra parte, los derechos económicos, sociales y políticos son despreciados por el gobierno de Obiang, ante la falta de libertad de expresión, asociación, así como la práctica de la tortura y detenciones arbitrarias son practicadas con frecuencia con total impunidad.

Así que lo dicho, “patinazo de la UNESCO”, que debería ser inmediatamente remediado, rendida cuentas y exigidas responsabilidades políticas a sus dirigentes por tal escarnio moral a tantos demócratas y víctimas de estos sátrapas contemporáneos.

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