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Hiroit

España en “cohecho impropio”

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El espectáculo que está proporcionando España donde demasiados personajes, Rey incluido, parece más que tercermundista una obra de Ionescu con decorados de Dalí y dirigidos por Chiquilicuatre.

Por una parte el Jefe del Estado, casi suicidado desde que firmara la Ley de Memoria Histórica que le deslegitima, opina desfavorable de las demostraciones de “cariño” hacia personajes de Gobierno a los que nada debe olvidando al resto de españoles que ya le empiezan a reprochar su parcialidad ¿Cosas de la edad? No; se puede ser mayor, muy mayor, y no dar tantas muestras de mirar para otro lado. Las muestras de afecto a un Felipe González se han vuelto intolerables con Zapatero.

Pero donde se manifiesta el paralelo de los trajes de Camps es en el río de medallas que Rubalcaba ha ido tejiendo, ante la que se avecina, para contar con un pequeño ejército político judicial que les libre cuando vengan las acusaciones. ¿Por qué, como denuncian los propios policías y sus asociaciones, se entregan medallas que conllevan dispensa económica a quienes no han cumplido el protocolo de requisitos? ¿Por qué se ha obligado a dos inspectores a dejar la investigación en el caso Malaya sobre las siglas JAG? Curiosamente este es el de idénticas iniciales al nombrado Jefe Policial por el que han de pasar todas las denuncias de corrupción política; las mismas siglas de quien se reunió con el dimitido Ministro de Justicia Bermejo (tan aplaudido por la chusma política en el Congreso) y el juez Garzón que también intentó ayudar cerrando el caso Faisán seis días antes de ser cesado. Todo encaja ¿no?

Pero donde se llega al colmo del cohecho más que previsible es en la última de las tres medallas al juez Bermúdez; tanto, que hasta las asociaciones de los magistrados le han pedido que devuelva el chollo de ese 10% de aumento de jubilación. ¡Qué mejor manera de eludir responsabilidades futuras que corromper a la clase judicial!

Nada, nada, hablen los periodistas de Gürtell, los trajes de Camps y de Aznar o la Guerra de Irak, que el lodazal en que se ha convertido España en plenitud de cohecho impropio o más que eso no les importa. ¿Habrá algún periodista que no haya cohonestado su silencio ante tanta indignidad?

Desde que El Ministro de los GAL rompiera la baraja el 13M de 2004 llamando a la insurrección de voto contra el Partido Popular, culpable de imbecilidad entre otras muchas cosas como partícipes de la chusma política pero sin llegar a las cotas de estos socialistas desalmados, son ya más de seis años con demasiados periodistas bizcos de tanto mirar para otro lado.

España en “cohecho impropio”

Hiroit
Hiroit
jueves, 14 de octubre de 2010, 07:01 h (CET)
El espectáculo que está proporcionando España donde demasiados personajes, Rey incluido, parece más que tercermundista una obra de Ionescu con decorados de Dalí y dirigidos por Chiquilicuatre.

Por una parte el Jefe del Estado, casi suicidado desde que firmara la Ley de Memoria Histórica que le deslegitima, opina desfavorable de las demostraciones de “cariño” hacia personajes de Gobierno a los que nada debe olvidando al resto de españoles que ya le empiezan a reprochar su parcialidad ¿Cosas de la edad? No; se puede ser mayor, muy mayor, y no dar tantas muestras de mirar para otro lado. Las muestras de afecto a un Felipe González se han vuelto intolerables con Zapatero.

Pero donde se manifiesta el paralelo de los trajes de Camps es en el río de medallas que Rubalcaba ha ido tejiendo, ante la que se avecina, para contar con un pequeño ejército político judicial que les libre cuando vengan las acusaciones. ¿Por qué, como denuncian los propios policías y sus asociaciones, se entregan medallas que conllevan dispensa económica a quienes no han cumplido el protocolo de requisitos? ¿Por qué se ha obligado a dos inspectores a dejar la investigación en el caso Malaya sobre las siglas JAG? Curiosamente este es el de idénticas iniciales al nombrado Jefe Policial por el que han de pasar todas las denuncias de corrupción política; las mismas siglas de quien se reunió con el dimitido Ministro de Justicia Bermejo (tan aplaudido por la chusma política en el Congreso) y el juez Garzón que también intentó ayudar cerrando el caso Faisán seis días antes de ser cesado. Todo encaja ¿no?

Pero donde se llega al colmo del cohecho más que previsible es en la última de las tres medallas al juez Bermúdez; tanto, que hasta las asociaciones de los magistrados le han pedido que devuelva el chollo de ese 10% de aumento de jubilación. ¡Qué mejor manera de eludir responsabilidades futuras que corromper a la clase judicial!

Nada, nada, hablen los periodistas de Gürtell, los trajes de Camps y de Aznar o la Guerra de Irak, que el lodazal en que se ha convertido España en plenitud de cohecho impropio o más que eso no les importa. ¿Habrá algún periodista que no haya cohonestado su silencio ante tanta indignidad?

Desde que El Ministro de los GAL rompiera la baraja el 13M de 2004 llamando a la insurrección de voto contra el Partido Popular, culpable de imbecilidad entre otras muchas cosas como partícipes de la chusma política pero sin llegar a las cotas de estos socialistas desalmados, son ya más de seis años con demasiados periodistas bizcos de tanto mirar para otro lado.

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