El sábado pasado fue histórico para el balonmano español, ya que los miembros de la Federación Internacional otorgaron a nuestro país la celebración del Mundial de 2013. Nunca antes España ha organizado un campeonato del Mundo, algo raro de comprender en un país donde este deporte tiene tanta historia y tanto arraigo, por mucho que algunos piensen que es algo minoritario.

A pesar de ser la candidatura más apoyada socialmente y de tener probablemente las mejores instalaciones deportivas y hosteleras, la incertidumbre y los nervios previos eran inevitables, sin embargo, todos los indicios daban a España como la gran favorita para celebrar el Mundial de 2013. No obstante, las candidaturas de Corea del Sur y la de Dinamarca se retiraron previamente ante de la exposición final del pasado sábado por diferentes motivos. Así que todo era cuestión de Noruega y de nuestro país.

El optimismo creció todavía más cuando días antes de la elección los rumores saltaron confirmando también el abandono de la candidatura noruega, algo que no fue oficial hasta el mismo sábado. Es decir, España quedaba como la única candidata para celebrar el Mundial fundamentalmente por méritos propios, ya que su propuesta era más fuerte que cualquier otra. A pesar de este hecho, los encargados de la candidatura española presentaron su exposición final para dejar claro el trabajo que hay detrás de su propuesta.

Ya era oficial, España organizará el Mundial de 2013, un hito para el balonmano español y para los aficionados a este deporte, que disfrutaran in situ un evento de esta magnitud. Los amantes del balonmano estamos de enhorabuena por muchas razones, ya que no sólo veremos por primera vez un Campeonato del Mundo en nuestro país, sino porque celebrar un torneo internacional como éste, debe relanzar esta disciplina deportiva en nuestro territorio.

No hemos sabido vender los grandes momentos del balonmano español, como por ejemplo el oro en el Mundial de 2005 en Túnez, la plata del Europeo de Austria de 2006 o el bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Pekín, sin olvidar por qué no, del efecto Urdangarín. Además de los éxitos a nivel de selección, somos una de las grandes potencias en cuanto a clubes se refiere, puesto que por ejemplo, con el Barcelona o el Ciudad Real han sido y están siendo los grandes dominadores en la Champions League.

Este Mundial de 2013 tiene que servir para devolver al balonmano español lo que se merece. Tenemos que aunar esfuerzos para dar un empujón definitivo a este deporte y que termine por consolidarse en nuestro país. Hay que apostar de nuevo por el balonmano, ya sea a nivel publicitario, institucional o mediático, porque es un deporte que no para de dar triunfos a España. No sólo vivimos del fútbol o de baloncesto, hay otros deportes que se merecen una oportunidad y este Mundial ojalá ponga a cada uno en su sitio. Recurriendo a una frase célebre de Pepu Hernández… “Ba-lon-mano”, ¿por qué no?