WASHINGTON -- Los indicios más importantes se ocultan en ocasiones a plena vista. Tal fue el caso a finales de junio, cuando Gallup dio a conocer el dato de que el porcentaje de electores que se declaran conservadores había crecido del 37 al 42% en los dos últimos años.
No suena a gran cambio. Pero teniendo en cuenta la estabilidad a largo plazo de estos posicionamientos filosóficos básicos, la reacción a los problemas económicos y los resultados de la nueva administración Demócrata que recoge es muy significativa.
El dato más reciente, un cálculo acumulativo basado en los sondeos realizados durante la primera mitad de 2010, atrajo cierta atención porque se trataba del porcentaje más elevado de conservadores detectado en cualquier sondeo de ese estilo desde que Gallup empezó a incluir la pregunta en 1992. La ventaja de cinco enteros se registraba igualmente entre las filas de los moderados y los izquierdistas, que descendían al 35% y al 20% respectivamente.
Lo que no se destacó tanto en aquel momento fueron las cifras de Gallup por estados, pero gracias a los ocupados contables de Third Way, el colectivo de activismo Demócrata moderado y acción política, las implicaciones de estos cálculos de cara a los comicios legislativos han quedado en evidencia en un memorando que circula ya por Washington.
Explican el motivo de que tantos candidatos Demócratas se encuentren en la cuerda floja en estados como Wisconsin o Washington, que vienen siendo amables con su formación desde el pasado reciente. Y explican que el Presidente Obama puede haber puesto las miras en el objetivo equivocado cuando dio la salida a su campaña de otoño en la Universidad de Wisconsin del fortín izquierdista de Madison.
El mensaje surge de algunos cálculos matemáticos bastante elementales -- realizados por Lydia Saad, de Gallup, y luego adaptados por Anne Kim y Jon Cowan, de Third Way
Saad facilitaba las cifras de Gallup para los estados por separado, con escasas sorpresas. Wyoming, Mississippi, Utah y Dakota del Sur registran un 50% de conservadores o más. Al otro extremo, Rhode Island, Connecticut, Vermont, Massachusetts y Colorado fueron los estados más de izquierdas -- pero sólo en Rhode Island el porcentaje llegaba a rozar el 30.
A continuación Kim y Cowan añadían sus propias estimaciones: Suponga que los candidatos Demócratas salen igual de bien parados que Obama a nivel nacional en 2008, cosechando el 20% del voto conservador, el 60% de los moderados y el 89% de los izquierdistas. Y suponga también que la participación es la misma en los tres colectivos.
Con las cifras de Gallup actualizadas, un candidato Demócrata en 2010 a la altura de los porcentajes nacionales de Obama seguiría ganando Colorado, Connecticut, Delaware, Oregón y Washington. Pero con más conservadores y menos izquierdistas en la mezcla, los Demócratas se quedarían cortos en 13 estados en el aire más y apenas llegarían al empate en California, Illinois y New Hampshire. Entre los grandes estados donde las cifras se decantan ya contra los Demócratas se encuentran Florida, Ohio y Pennsylvania.
Como sabe todo hijo de vecino que siga las elecciones, esta clase de análisis no deja espacio al posible impacto de la iniciativa de Lisa Murkowski de postularse como candidata de lista en Alaska o la campaña Republicana suicida a la gobernación en Colorado.
Pero la matemática elemental ilustra el motivo de que Demócratas como el Senador Russ Feingold en Wisconsin estén teniendo problemas este año y de que Obama pueda ser testigo de la derrota de sus homólogos Demócratas que se postulan a gobernador y senador en su estado natal de Illinois.
Y, en opinión de los analistas de Third Way, los cálculos también estiman las limitaciones que la aparente estrategia de la Casa Blanca de concentrar los esfuerzos de campaña del presidente en los jóvenes y las mujeres solteras. En la medida en que esos colectivos aportaron votos de izquierdas a Obama en 2008, tiene sentido volverlos a explotar.
Pero si Gallup está en lo cierto, y estoy convencido de que la metodología es sólida, simplemente va a haber menos votos de izquierdas que cosechar esta vez. Y, como reza el memorándum de Third Way, "Mientras que el centro ha jugado siempre un papel decisivo en la política electoral norteamericana, el sentido en el que se decante este otoño decidirá ciertamente el destino de la mayoría Demócrata".