A Contador le acaban de ‘enterrar’ en vida. Da igual que diga que ha comido carne del ‘super’, de la vaca que estaba pastando en Suiza, o que ha comido acelgas con tomate en sospechoso estado. Da igual, si no es la Federación Española de Ciclismo será su equipo, o será la UCI, o será la AMA, o será L’Equipe, o será el Tour,… o todos. Alberto Contador, y ojalá me equivoque, ya es historia del ciclismo mundial.

Reconozco que es de esas noticias que no te esperas y más cuando le oyes hablar en una rueda de Prensa con un nudo en la garganta. Aún así, yo tenía mis dudas. Pero hubo un hecho esta pasada semana que me demostró que era sincero, que no mentía: su aparición en La Noria. Sí, sí, están leyendo bien. Hay que estar muy loco o muy desesperado para ir a un programa de este tipo con su palmarés a pecho descubierto.

Y Alberto fue. Supongo que porque sabía que no tenía nada más que perder y sí mucho que ganar: el favor de la audiencia, de un público generalista que ve con más pasión un enfrentamiento de la ex del ex de Belén Esteban con su suegra que una gran etapa del mejor ciclismo en pleno ascenso al Tourmalet.

Todo apunta a un error del corredor o una conspiración para quitarse de encima al triple campeón del Tour, que además es español. Y eso se lleva muy mal por tierras galas, donde están hartos de Sastres, Pereiros y Contadores de turno. Sin duda, un gran golpe para el ciclismo español y un mazazo para el ciclismo mundial.

Y encima mete la cuchara el ´ínclito’ (vocablo tomado del mítico José Mª García, a cada uno lo suyo) señor Pat McQuaid que, cada vez que habla del deporte español, reparte tortas como panes. Es el presidente de la UCI, para más señas, y dice que el 50% de casos de dopaje llegan de España y que tenemos un problema de dopaje, apuntando al mismísimo Gobierno.

Bueno, bueno, bueno… Me he quedado sin palabras. Flota en el ambiente una corriente importante contra todo lo que huela a deporte español. Se digieren mal nuestros triunfos en el Mundial de Fútbol, en las motos, en los coches, en las bicis, por agua, tierra, mar y aire. Pero es así, y si hay un tramposo que lo pague, pero no se puede andar demonizando a nuestros deportistas, sometidos a una enorme presión por parte de la Agencia Mundial Antidopaje, que sabe donde están exactamente las 24 horas del día, los siete días de la semana y los 365 días del año. Contador, gracias por todo, campeón. Te han abierto la puerta y están a punto de pegarte el tiro de gracia.