Ayer, el Barcelona empató 1-1 contra el Rubin Kazan. Tras el partido, está claro que a los de Guardiola este equipo no se le termina de dar bien en lo que a resultados se refiere porque en cuanto a juego, menudo monólogo azulgrana.

Hace un año volvió a pasar lo mismo, el Barça tropezó en la Liga de Campeones contra el Rubin Kazan y esta vez el frío ruso no se le volvió a dar bien a los azulgrana, que otra vez volvieron a cosechar un resultado poco satisfactorio para sus intereses. No fue un resultado malo, pero viendo el partido se quedó corto para lo que se merecía el equipo de Pep.

El Barça jugó como sabe, a lo que nos tiene acostumbrados desde que Guardiola ocupa el banquillo, toque, internadas por las bandas y pases en profundidad de Xavi e Iniesta para los Villa y compañía. Y a eso salieron, toque por aquí, toque por allá, desmarque de Pedro y al palo y así una tras otra. El problema llegó del planteamiento de los rusos.

El Rubin se plantó sobre el terreno de juego emulando a la muralla china. Encontrar un hueco era prácticamente imposible en una zaga que llegó a estar formada por hasta 6 defensores. Con un 6-3-1 plantado en su propio campo, el Barça se encontró con serias dificultades para llegar a la portería rival.

Aun con todo y siempre siendo fiel a su estilo de juego, los azulgrana tuvieron ocasiones para sentenciar el marcador, pero la puntería no estuvo de parte de los de Pep. El Rubin llegó en contadas ocasiones a la portería de Víctor Valdés, dos exactamente. En la primera Dani Alves cometió penalti y el equipo de Kazan se adelantó en el marcador.

En la segunda y ya tras el descanso la mandaron al palo en una contra apoteósica de los rusos. El Barça sólo encontró el gol con un penalti que el “guaje” Villa se encargó de materializar después de que Iniesta fuese derribado en el área. Un empate que sigue manteniendo muy vivas las esperanzas de los de Camp Barça a seguir adelante en la Liga de Campeones, ya que sólo han transcurrido dos jornadas. El Barcelona por otra parte sigue siendo un auténtico espectáculo de juego, cómo es costumbre.