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Jesús Salamanca

Caza de piquetes

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Cada día está más cerca una huelga contra los sindicatos obreros, conocidos como Sindicalismo Vertical Unificado. Han conseguido hartar hasta al apuntador. El ciudadano, sea trabajador, parado o jubilado, no tiene por qué aguantar las impertinencias y el coste de los liberados sindicales de las llamadas centrales ‘lecheras’; sí, lecheras, porque maman de la ubre del Estado, malgastan los fondos públicos y traicionan al mundo de la empresa. El fracaso de la huelga será el punto de inflexión para pedirles cuentas: su reconversión, la expulsión del ‘tocho’ y el ‘osete’, su vuelta al puesto de trabajo y el fin de los liberados sindicatos; este último punto es de máxima urgencia.

El 29 de septiembre los piquetes sentirán en el cogote el control exhaustivo por parte de grupos ciudadanos que han empezado a organizarse para salir “a la caza del piquete”. No se atreverán a enfrentarse a quienes decidan acudir a su puesto de trabajo. Por primera vez en la historia de la democracia española se va a plantar cara a los piquetes, llamando a las cosas por su nombre, con la intención de poner de rodillas el fraudulento modelo sindical clasista.

Sin duda, es el momento de plegar a estos sindicatos adocenados y apesebrados, antes de que ellos aprendan a reaccionar. La calle nos le va a pasar ni una más. Madrid debe ser el tubo de ensayo para exigir que se abra la Constitución y se dé por finiquitado este modelo de sindicalismo obsoleto, panzón, aletargado, vicioso y con olor a naftalina. La ciudadanía debe dar un escarmiento duradero al ‘burdel’ sindical.

Caza de piquetes

Jesús Salamanca
Jesús  Salamanca
miércoles, 29 de septiembre de 2010, 06:56 h (CET)
Cada día está más cerca una huelga contra los sindicatos obreros, conocidos como Sindicalismo Vertical Unificado. Han conseguido hartar hasta al apuntador. El ciudadano, sea trabajador, parado o jubilado, no tiene por qué aguantar las impertinencias y el coste de los liberados sindicales de las llamadas centrales ‘lecheras’; sí, lecheras, porque maman de la ubre del Estado, malgastan los fondos públicos y traicionan al mundo de la empresa. El fracaso de la huelga será el punto de inflexión para pedirles cuentas: su reconversión, la expulsión del ‘tocho’ y el ‘osete’, su vuelta al puesto de trabajo y el fin de los liberados sindicatos; este último punto es de máxima urgencia.

El 29 de septiembre los piquetes sentirán en el cogote el control exhaustivo por parte de grupos ciudadanos que han empezado a organizarse para salir “a la caza del piquete”. No se atreverán a enfrentarse a quienes decidan acudir a su puesto de trabajo. Por primera vez en la historia de la democracia española se va a plantar cara a los piquetes, llamando a las cosas por su nombre, con la intención de poner de rodillas el fraudulento modelo sindical clasista.

Sin duda, es el momento de plegar a estos sindicatos adocenados y apesebrados, antes de que ellos aprendan a reaccionar. La calle nos le va a pasar ni una más. Madrid debe ser el tubo de ensayo para exigir que se abra la Constitución y se dé por finiquitado este modelo de sindicalismo obsoleto, panzón, aletargado, vicioso y con olor a naftalina. La ciudadanía debe dar un escarmiento duradero al ‘burdel’ sindical.

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