Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Columna de opinión
Martín Cid

Silvio, Silvio

|

Me gustan mucho los cantantes melódicos, sobre todo porque me dan la ocasión de irme a otra habitación a hacer cualquier otra cosa. No, no voy a hablar de Silvio Rodríguez, gran cantante compositor y personaje público cubano de renombre. En cambio, voy a hablarles de un desconocido (quizás no tanto) llamado entre los suyos “Il Cavaliere”, presidente electo de Italia y pro-hombre en varios asuntos internacionales.

Vida y milagros de S.B.
Primero de todo: cometo un error garrafal al escribir estas líneas ya que según me han dicho, el señor Berlusconi, además de Random House Mondadori y otras pequeñas cientos de editoriales, posee periódicos, televisiones, radios… no sólo en Italia sino en todo el mundo. Bien, añadamos a esto que su hermano (Dios le tenga en su seno y le bendiga por los siglos de los siglos) posee un periódico llamado Il Giornale y su mujer Verónica Lario (ídem de ídem, santa donna) es la equivalente de Il Foglio. Como ya sabemos todos que el A.C. Milan (que tiene a algunos jugadores importantes y alguna que otra Copa de Europa) es también de su propiedad… y que en la misma España hay cadenas de televisión que giran ante los designios de este gran hombre… Para echarse a temblar cuando algún escritorzuelo como yo escucha su santo nombre.

Hay un conocido dicho que dice (dice el dicho que dice) que no te atrevas nunca con un hombre que compra la tinta por barriles. Y es que, teniendo en cuenta que es el líquido más costoso del mundo, el poder de un hombre que compra tinta por barcos se proclama realmente estremecedor.

Acaban de salir publicadas unas fotografías tomadas en 1977, cuando el señor Berlusoni aún era un empresario que había comprado tan solo una cadena de televisión y un par de periódicos (y algunas cosas más que me supongo). En las susodichas, el señor aparecía al lado de un revólver:

¿Tienes idea de cuántos empresarios son secuestrados? –contestó el empresario al fotógrafo Alberto Roveri.

Como siempre, Silvio tenía razón (y la tiene, san James Joyce me libre de llevarle la contraria).

Así, sólo un loco (que, desde luego, espero que no pretenda iniciar una lúgubre carrera como periodista) se puede atrever en Milán a agredir al señor Berlusconi: rotura parcial del hueso nasal, laceración interna y externa en los labios, pérdida de sangre, dos dientes afectados, uno de ellos roto, y algún corte.

Desde luego, hay que estar un poco mal de la azotea para agredir así a nadie (y hay que haber perdido definitivamente la cabeza como para hacérselo al dueño de tantos negocios… y ser ya considerado incapaz para tomarlas con el Primer Ministro de tu propio país). Al tipo en cuestión no le hicieron nada (eso dicen los diarios, y ya se sabe que el periodismo es el arte de la objetividad).

Bien, por si tanto poder no les asusta (y ya he citado algunos ejemplos), no hace demasiados meses charlaba con una traductora de Random House que me decía, italianamente exagerada o no, que el señor Berlusconi poseía nada más y nada menos que el 60% de la prensa mundial.

Sea o no correcta la cifra (nunca se podrá asegurar teniendo en cuenta que cualquier empresario de renombre no tiene a su nombre todas sus empresas), ¿da que pensar, eh?

Cuando dimitió el señor Prodi (ya era hora que llegara de nuevo Silvio, gran Silvio, oh Silvio) alguien (G.S.) se preguntaba en voz alta si se trataba de una dictadura legitimada por el voto popular. ¡Qué preguntas, Dios mío!

¿Puede existir acaso en el fondo de la democracia una forma corrupta que oculte una realidad tan cruda? Berlusconi renunció a la presidencia (¡del A.C. Milan, no se asusten!) en el 2004 (claro que siguió siendo el propietario) y durante su mandato jamás acalló voces de crítica como en ningún momento silenció los cánticos anti-Silvio que se escuchan por todas partes de Italia, en este caso en su labor de presidente de Italia.

¿Por qué tantas y tantas críticas a un hombre que lo tiene todo?
Silvio, y no me muestro irónico en este asunto, comprende perfectamente que para que una idea exista y triunfe debe existir la contraria: así la propia idea de legitimidad debe estar amparada en la más cruel de las injusticias para así poder existir. ¿La ya vieja tesis-antítesis hegeliana?

Como soy novelista me voy a permitir tratar de responder como novelista: una novela no existe sin un conflicto, ya sea físico o psicológico o social o moral o histórico. La resolución (o no) de ese conflicto es la trama verdadera de novela (amparada en sus ejes secundarios y demás cuestiones). Y una trama no existe sin ese conflicto, sin esa tesis-antítesis que formula de una manera menos moral la vieja dicotomía entre bien y mal.

¿Qué haría un hombre que lo tiene todo para escribir su gran personaje? Lo dijo un buen novelista de una sola obra: que hablen de uno, aunque sea para bien (O.W.).

Espero que algún día hablen de mí tan mal como han hablado de un personaje tan perfectamente trazado como es Silvio Berlusconi. Significaría que existo.

Y como lo de “pensar” es otro asunto bien distinto: queda invitado el señor Silvio Berlusconi a cualquiera de mis futuras presentaciones.

Silvio, Silvio

Martín Cid
Martín Cid
miércoles, 22 de septiembre de 2010, 06:57 h (CET)
Me gustan mucho los cantantes melódicos, sobre todo porque me dan la ocasión de irme a otra habitación a hacer cualquier otra cosa. No, no voy a hablar de Silvio Rodríguez, gran cantante compositor y personaje público cubano de renombre. En cambio, voy a hablarles de un desconocido (quizás no tanto) llamado entre los suyos “Il Cavaliere”, presidente electo de Italia y pro-hombre en varios asuntos internacionales.

Vida y milagros de S.B.
Primero de todo: cometo un error garrafal al escribir estas líneas ya que según me han dicho, el señor Berlusconi, además de Random House Mondadori y otras pequeñas cientos de editoriales, posee periódicos, televisiones, radios… no sólo en Italia sino en todo el mundo. Bien, añadamos a esto que su hermano (Dios le tenga en su seno y le bendiga por los siglos de los siglos) posee un periódico llamado Il Giornale y su mujer Verónica Lario (ídem de ídem, santa donna) es la equivalente de Il Foglio. Como ya sabemos todos que el A.C. Milan (que tiene a algunos jugadores importantes y alguna que otra Copa de Europa) es también de su propiedad… y que en la misma España hay cadenas de televisión que giran ante los designios de este gran hombre… Para echarse a temblar cuando algún escritorzuelo como yo escucha su santo nombre.

Hay un conocido dicho que dice (dice el dicho que dice) que no te atrevas nunca con un hombre que compra la tinta por barriles. Y es que, teniendo en cuenta que es el líquido más costoso del mundo, el poder de un hombre que compra tinta por barcos se proclama realmente estremecedor.

Acaban de salir publicadas unas fotografías tomadas en 1977, cuando el señor Berlusoni aún era un empresario que había comprado tan solo una cadena de televisión y un par de periódicos (y algunas cosas más que me supongo). En las susodichas, el señor aparecía al lado de un revólver:

¿Tienes idea de cuántos empresarios son secuestrados? –contestó el empresario al fotógrafo Alberto Roveri.

Como siempre, Silvio tenía razón (y la tiene, san James Joyce me libre de llevarle la contraria).

Así, sólo un loco (que, desde luego, espero que no pretenda iniciar una lúgubre carrera como periodista) se puede atrever en Milán a agredir al señor Berlusconi: rotura parcial del hueso nasal, laceración interna y externa en los labios, pérdida de sangre, dos dientes afectados, uno de ellos roto, y algún corte.

Desde luego, hay que estar un poco mal de la azotea para agredir así a nadie (y hay que haber perdido definitivamente la cabeza como para hacérselo al dueño de tantos negocios… y ser ya considerado incapaz para tomarlas con el Primer Ministro de tu propio país). Al tipo en cuestión no le hicieron nada (eso dicen los diarios, y ya se sabe que el periodismo es el arte de la objetividad).

Bien, por si tanto poder no les asusta (y ya he citado algunos ejemplos), no hace demasiados meses charlaba con una traductora de Random House que me decía, italianamente exagerada o no, que el señor Berlusconi poseía nada más y nada menos que el 60% de la prensa mundial.

Sea o no correcta la cifra (nunca se podrá asegurar teniendo en cuenta que cualquier empresario de renombre no tiene a su nombre todas sus empresas), ¿da que pensar, eh?

Cuando dimitió el señor Prodi (ya era hora que llegara de nuevo Silvio, gran Silvio, oh Silvio) alguien (G.S.) se preguntaba en voz alta si se trataba de una dictadura legitimada por el voto popular. ¡Qué preguntas, Dios mío!

¿Puede existir acaso en el fondo de la democracia una forma corrupta que oculte una realidad tan cruda? Berlusconi renunció a la presidencia (¡del A.C. Milan, no se asusten!) en el 2004 (claro que siguió siendo el propietario) y durante su mandato jamás acalló voces de crítica como en ningún momento silenció los cánticos anti-Silvio que se escuchan por todas partes de Italia, en este caso en su labor de presidente de Italia.

¿Por qué tantas y tantas críticas a un hombre que lo tiene todo?
Silvio, y no me muestro irónico en este asunto, comprende perfectamente que para que una idea exista y triunfe debe existir la contraria: así la propia idea de legitimidad debe estar amparada en la más cruel de las injusticias para así poder existir. ¿La ya vieja tesis-antítesis hegeliana?

Como soy novelista me voy a permitir tratar de responder como novelista: una novela no existe sin un conflicto, ya sea físico o psicológico o social o moral o histórico. La resolución (o no) de ese conflicto es la trama verdadera de novela (amparada en sus ejes secundarios y demás cuestiones). Y una trama no existe sin ese conflicto, sin esa tesis-antítesis que formula de una manera menos moral la vieja dicotomía entre bien y mal.

¿Qué haría un hombre que lo tiene todo para escribir su gran personaje? Lo dijo un buen novelista de una sola obra: que hablen de uno, aunque sea para bien (O.W.).

Espero que algún día hablen de mí tan mal como han hablado de un personaje tan perfectamente trazado como es Silvio Berlusconi. Significaría que existo.

Y como lo de “pensar” es otro asunto bien distinto: queda invitado el señor Silvio Berlusconi a cualquiera de mis futuras presentaciones.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto