Diego Beltrán / Alicante
Nada en la ciudad parece ajeno al gran objetivo del club blanquiazul. Tras la resaca turística del verano en playas y hoteles, la entidad blanquiazul ha hecho los deberes y han llegado los fichajes que la masa social reclamaba. Ahora, en septiembre, de vuelta al trabajo, la gente respira optimismo por las calles: Sí, esta vez sí. El Hércules tiene equipo para mantenerse en Primera.
Catorce años esperando para ascender se dicen pronto, pero se pasan muy lentos. Por eso Alicante tiene ganas de tener al equipo en Primera varias temporadas. La venta de abonos ha ido al ritmo que se esperaba, y el Rico Pérez debe superar los 20.000 espectadores todos los partidos. Para ello, lo primero ha sido remodelar el campo. De momento, se han adecuado las butacas y se han alquitranado los aparcamientos. Pero todavía queda bastante por hacer para que el Rico Pérez, que fue una de las sedes de España 82, tenga imagen de Liga BBVA.
El primer partido de esta temporada significó el debut a lo grande del Hércules en la categoría, ni más ni menos que ante el Athletic de Bilbao. A pesar de perder, el equipo dio buena impresión, y a la salida del estadio los seguidores sonreían ante la calidad de fichajes como el intenacional paraguayo Valdez o el regreso del hijo pródido Abel Aguilar. Ante el Barcelona, muy probablemente debutarán otros dos hombres de primer nivel: el cedido por el Madrid Drenthe y el exinternacional francés Trezeguet. Para más inri, ellos han declarado que no vienen al Hércules sólo para mantenerlo en Primera. Quieren más.
No hay excusas pues para que los alicantinos aspiren a consolidarse en Primera. El Rico Pérez debe ser un fortín, como lo ha sido las dos últimas temporadas en Segunda, y Esteban Vigo cuenta con un bloque sólido con nombres tan consolidados como Rufete, Farinós, Tote, Peña o Portillo. Si consigue que los nuevos fichajes se amolden a su sistema, tendrá más de medio trabajo hecho.
El equipo de todos los alicantinos
Y si la ciudad ha apostado por el equipo al máximo porque también sabe que es importante para la imagen de Alicante, el resto de poblaciones apoyarán a los capitalinos. Hay en toda la provincia decenas de peñas herculanas que han estado esperando años para poder sacarse el abono en la máxima categoría, y eso es sinónimo de ingresos y espectáculo en las gradas.
Ante el Barcelona, en el Camp Nou, los blanquiazules vivirán lo que es enfrentarse al actual campeón del mundo, pero la gran prueba de fuego, como ha dicho el máximo accionista Enrique Ortiz, la tendrán dentro de dos semanas ante el Valencia en el Rico Pérez, duelo regional y en el que deben demostrar ante el hermano mayor de la Comunitat que el Hércules, como el semidiós que le da nombre, está destinado a escribir grandes páginas en la historia futbolística de la región. En Alicante nadie quiere ser el convidado de piedra de la temporada 2010-11. Ahora sólo hay que esperar que el optimismo reinante se traduzca en victorias en el campo.