No le falta de nada, tiene de todo. Noticias positivas, muy positivas, y, por desgracia, noticias negativas, muy negativas. La Vuelta a España no está dejando indiferente a nadie. Ha recuperado el lugar que perdió en los medios de comunicación. La cobertura dada por éstos está multiplicando la realizada durante los últimos años, cuando la Vuelta casi no existía para los periodistas, cuando la Vuelta valía para rellenar algún hueco vacío en los periódicos, algún segundo de las horas destinadas al deporte en radio o televisión que no estuviera ya ocupado.

La Vuelta vuelve a ser uno de los eventos más seguidos en nuestro país. Así lo dicen los datos de audiencia de TVE: la retransmisión de las tres primeras etapas de la ronda española ha superado a la de las tres primeras del Tour de Francia. Gran noticia. El ciclismo está volviendo al sitio que nunca debió abandonar. El ciclismo vuelve a atraer al público español. Las carreteras, por Andalucía, por Murcia, han vuelto a ser invadidas por los aficionados, que atraídos por la magia de Contador han descubierto el mismo deporte, tan épico, tan bonito, que dejaron cuando Miguel Indurain dijo adiós.

La Roja también tiene algo que ver en el éxito de la Vuelta. El cambio de maillot ha surgido efecto. Como el precioso recorrido que Javier Guillén ha diseñado. Van siete etapas y ninguna aburrida, ninguna para usar como tema para dormir, para echarse una siesta y despertarse con el ruido de las bicicletas volando en manos de los más rápidos. Sobre todo, no puedo dejar de nombrar la espectacular llegada a Valdepeñas de Jaén. Rampas, paredes, que llegaban al 27% de desnivel y que nos regalaron estampas para recordar.

Todo perfecto en el aspecto deportivo, que está rozando el sobresaliente cada día. Pero fuera de lo que sucede dentro de la carretera, dos noticias han puesto de luto a la carrera. Primero, fue la muerte esperada de un grande, de una leyenda de este deporte, de Laurent Fignon, el galo que protagonizaba el papel de enemigo para los españoles en su época. Después, ayer mismo, cuando la etapa caminaba hacia su fin, llegó, saltó, cayó como un chaparrón, la noticia del fallecimiento de Txema González, conocido masajista que prestaba ahora sus servicios al conjunto Sky. Desde aquí, todo mi apoyo para los familiares, amigos y conocidos de ambos. Que descansen en paz.