Sin lugar a dudas los últimos acontecimientos políticos que han tenido lugar en Madrid en torno a la celebración de las elecciones primarias entre el Secretario General de la Federación Socialista Madrileña Tomas Gómez y la Ministra de Sanidad Trinidad Jiménez representa a todas luces uno de los mejores acontecimientos que en pos de la democracia interna en el seno de los partidos políticos ha podido tener lugar.
De esta forma, la posibilidad de dar la voz y el poder de decisión a las bases de los partidos políticos es un modelo de coherencia, valentía y estética de la ética de la que Tomas Gómez y el propio PSOE hace gala , todo ello en un tiempo en donde la incoherencia entre el discurso y la acción aparece por desgracia por muchas esquinas de los despachos de la política de nuestro país. Pero no sólo el efecto de las Primarias ha producido un efecto interno en las estructuras de partidos , sacando los colores y poniendo en “jaque” el modo democrático de asumir responsabilidades de quienes una vez apoltronados en sus sillones y chaquetas con corbata olvidan que la democracia plena se debe practicar desde que uno pretende “escalar” hasta cuando uno ya está en la “Cima “de la montaña. Sino que además con este hecho se ha lanzado a la ciudadanía de a pie un mensaje claro y directo de que “Otra política es posible” , hecho este que tiene un valor excepcional máxime cuando es esta sociedad civil la que cada día engorda más las cifras de absentismo político y que señala a la política como el tercer problema de nuestro país, sirviendo al mismo tiempo este hecho para que la propia figura de Tomas Gómez como líder salga reforzada.
Así ha quedado blanco y en botella que el fenómeno de las Primarias es por lo tanto a todas luces la mejor herramienta para que cada cuatro años las bases de los partidos políticos tengan la opción de opinar libremente y en igualdad, y evitar de esta forma que las oligarquías societarias que en muchas ocasiones asumen la democracia delegada impongan bajo sus criterios personales a las personas más “capacitadas” al frente de las listas electorales.
La política actual debe así estar marcada con los pilares fundamentales de la Libertad, La Democracia y el Liderazgo de la ética ese que nace desde la coherencia entre el pensamiento y la acción, entre el espíritu progresista de quienes con la verdad en la palabra y sin ambages de ningún tipo quieren cambiar el mundo en cada uno de sus cinco metros cuadrados que le rodean, es el tiempo de ello y Tomás Gómez el primero de los secretarios generales socialistas de nuestro país en sumarse a ello.