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Las ideas de Podemos son antiguas, tanto o más que las del Partido Popular. Pero ellos están jugando con las reglas del Siglo XXI, y así en nada, se han hecho con cinco millones de votos

Veinte años no es nada

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Acabo de consultar en la web del Instituto Nacional de Estadística y cerca de medio millón de jóvenes que a día de hoy son adolescentes, cumplirán la mayoría de edad en el 2020.

Este dato puede parecer poco relevante a primera vista pero si recordamos que con esa mayoría de edad estos jóvenes, adquieren el derecho a voto, quizás resulte más interesante.

El paso del tiempo es siempre implacable, es el enemigo más poderoso que tiene el ser humano. Podemos acumular riquezas, podemos acumular conocimientos pero lo único que no podemos atesorar es tiempo, se nos escapa como arena entre los dedos.

Hay algunos afortunados que ante la certera derrota que sufriremos contra el paso del tiempo son capaces de aliarse con él y obtener algunas pequeñas victorias. Hablo de aquellos que dejan atrás sin mayor nostalgia la juventud para cambiarlo por cotas más altas de serenidad y sabiduría.

No es este el caso del Partido Popular. Este pasado fin de semana, los populares han celebrado su congreso y el mensaje que han querido transmitir es de que ellos representan la única formación donde existe la unidad y se mantiene el orden.

Es cierto que los votantes siempre han premiado a aquellas organizaciones que no dejaban translucir sus problemas internos. Pero es también cierto que la ciudadanía está cambiando y da la sensación de que en la era de la globalización el PP está jugando a videojuegos con las reglas de la Oca.

La imagen que transmite este partido es bastante caduca. Los tiempos han cambiado y los ciudadanos hemos cambiado con ellos. Estamos en una era donde los nuevos empresarios visten con vaqueros. Una sociedad en la que los tatuajes ya no se ven como algo transgresor si no como una expresión artística más. Un mundo nuevo donde tenemos a generaciones menos encorsetadas, mucho más libres y tolerantes que están cambiando las convenciones sociales y que reclaman una política que vaya en esa misma línea.

Y en cambio el Partido Popular ahí sigue. Con algunos mensajes sobrados de chulería, con prácticamente ninguna autocrítica, con muy poca empatía por los más desfavorecidos y otra vez despreciando a aquellos que no visten el traje y la corbata que ellos pretenden imprescindible para hacer política.

Este fin de semana se celebró también el congreso de Podemos. Entre divisiones y peleas pero con sus vaqueros, sus rastas y su gente corriente haciendo política.

Las ideas de Podemos son antiguas, tanto o más que las del Partido Popular. Pero ellos sí que están haciendo política con las reglas del Siglo XXI, y así en nada, se han hecho con cinco millones de votos.

Casi medio millón de adolescentes criados en la era digital tendrán derecho al voto en tres años. Chavales que no ven la televisión, consumen Youtube. Jóvenes que no se juzgan por llevar tatuajes, ropa con agujeros o el pelo de colores. Para estos nuevos votantes el perfil de triunfador no será el de un personaje de la jet set de los 80, sus referentes serán empresarios como Mark Zuckerberg.

¿Realmente el Partido Popular cree que dentro de este grupo de futuros votantes tiene un caladero importante de votos?

Yo creo que ni lo creen ni les preocupa.

El pensamiento conservador suele llevar al convencimiento de que si algo ha sido así de “toda la vida” seguirá igual. Pero la realidad es muy diferente.

Juan Carlos Monedero y Rafael Hernando tienen practicamente la misma edad. Piensen ustedes con sinceridad cual de los dos creen que tiene más capacidad de conectar intelectualmente con un joven de hoy en día y luego saquen sus conclusiones.

Quizás algunos de nuestros políticos son tan mediocres que no tienen capacidad de mirar más allá del horizonte temporal de cuatro años pero estoy segura de que algunos sí que pueden percibir con claridad el año 2020 y me parece que están muy contentos con la imagen que se les va formando en la retina.

Gardel dijo que “veinte años no es nada” y yo me atrevo a decir que tres años es menos que nada así que pronto veremos qué sucede.

Veinte años no es nada

Las ideas de Podemos son antiguas, tanto o más que las del Partido Popular. Pero ellos están jugando con las reglas del Siglo XXI, y así en nada, se han hecho con cinco millones de votos
Iria Bouzas Álvarez
lunes, 13 de febrero de 2017, 00:22 h (CET)
Acabo de consultar en la web del Instituto Nacional de Estadística y cerca de medio millón de jóvenes que a día de hoy son adolescentes, cumplirán la mayoría de edad en el 2020.

Este dato puede parecer poco relevante a primera vista pero si recordamos que con esa mayoría de edad estos jóvenes, adquieren el derecho a voto, quizás resulte más interesante.

El paso del tiempo es siempre implacable, es el enemigo más poderoso que tiene el ser humano. Podemos acumular riquezas, podemos acumular conocimientos pero lo único que no podemos atesorar es tiempo, se nos escapa como arena entre los dedos.

Hay algunos afortunados que ante la certera derrota que sufriremos contra el paso del tiempo son capaces de aliarse con él y obtener algunas pequeñas victorias. Hablo de aquellos que dejan atrás sin mayor nostalgia la juventud para cambiarlo por cotas más altas de serenidad y sabiduría.

No es este el caso del Partido Popular. Este pasado fin de semana, los populares han celebrado su congreso y el mensaje que han querido transmitir es de que ellos representan la única formación donde existe la unidad y se mantiene el orden.

Es cierto que los votantes siempre han premiado a aquellas organizaciones que no dejaban translucir sus problemas internos. Pero es también cierto que la ciudadanía está cambiando y da la sensación de que en la era de la globalización el PP está jugando a videojuegos con las reglas de la Oca.

La imagen que transmite este partido es bastante caduca. Los tiempos han cambiado y los ciudadanos hemos cambiado con ellos. Estamos en una era donde los nuevos empresarios visten con vaqueros. Una sociedad en la que los tatuajes ya no se ven como algo transgresor si no como una expresión artística más. Un mundo nuevo donde tenemos a generaciones menos encorsetadas, mucho más libres y tolerantes que están cambiando las convenciones sociales y que reclaman una política que vaya en esa misma línea.

Y en cambio el Partido Popular ahí sigue. Con algunos mensajes sobrados de chulería, con prácticamente ninguna autocrítica, con muy poca empatía por los más desfavorecidos y otra vez despreciando a aquellos que no visten el traje y la corbata que ellos pretenden imprescindible para hacer política.

Este fin de semana se celebró también el congreso de Podemos. Entre divisiones y peleas pero con sus vaqueros, sus rastas y su gente corriente haciendo política.

Las ideas de Podemos son antiguas, tanto o más que las del Partido Popular. Pero ellos sí que están haciendo política con las reglas del Siglo XXI, y así en nada, se han hecho con cinco millones de votos.

Casi medio millón de adolescentes criados en la era digital tendrán derecho al voto en tres años. Chavales que no ven la televisión, consumen Youtube. Jóvenes que no se juzgan por llevar tatuajes, ropa con agujeros o el pelo de colores. Para estos nuevos votantes el perfil de triunfador no será el de un personaje de la jet set de los 80, sus referentes serán empresarios como Mark Zuckerberg.

¿Realmente el Partido Popular cree que dentro de este grupo de futuros votantes tiene un caladero importante de votos?

Yo creo que ni lo creen ni les preocupa.

El pensamiento conservador suele llevar al convencimiento de que si algo ha sido así de “toda la vida” seguirá igual. Pero la realidad es muy diferente.

Juan Carlos Monedero y Rafael Hernando tienen practicamente la misma edad. Piensen ustedes con sinceridad cual de los dos creen que tiene más capacidad de conectar intelectualmente con un joven de hoy en día y luego saquen sus conclusiones.

Quizás algunos de nuestros políticos son tan mediocres que no tienen capacidad de mirar más allá del horizonte temporal de cuatro años pero estoy segura de que algunos sí que pueden percibir con claridad el año 2020 y me parece que están muy contentos con la imagen que se les va formando en la retina.

Gardel dijo que “veinte años no es nada” y yo me atrevo a decir que tres años es menos que nada así que pronto veremos qué sucede.

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