Alberto Contador y Andy Schleck hicieron las paces en la cima del Tourmalet, donde el madrileño regaló la victoria de etapa al luxemburgués. Samuel Sánchez amplia su ventaja con Menchov.
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Álvaro Calleja / SIGLO XXI
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Hace 100 años, un siglo, Henry Desgrange, creador del Tour de Francia, fue engañado por un periodista, Alphone Steines, el mentiroso más famoso del ciclismo, para que el Tourmalet entrase por primera vez en el recorrido de la ronda gala. “Atravesado Tourmalet. Buena ruta. Perfectamente practicable”. Es lo que rezaba el telegrama que Steines, que casi pierde la vida en la aventura, envió a Desgrange. La primera piedra de la etapa asesina, la etapa para locos. Más de tres centenares de kilómetros con unos ingredientes llamados Peyresourde, Aspin, el propio Tourmalet y Aubisque.
Aquel día, Octave Lapize, que no dudó en llamar asesinos a los que diseñaron la etapa tras poner pie a tierra, destrozado, medio muerto, inscribió su nombre en la cima del Tourmalet, la montaña por la que más ha pisado la carrera que en 2010 celebra el centenario de Los Pirineos. Fue el comienzo de una bonita historia de amor entre el terrible coloso pirenaico y el deporte de la épica, del esfuerzo, del sacrificio. Hoy, 100 años más tarde de aquello, sobre el mismo terreno, en la misma montaña, los dos reyes del ciclismo se reconciliaron, volvieron a ser amigos.
Alberto Contador, que ignoró todo lo que Andy Schleck le dijo durante la ascensión, quiso dejar claro que para él, es más importante un amigo que un triunfo de etapa. El madrileño, el “Pistolero” de Pinto, regaló la victoria al chico tierno al que arrebató el amarillo cuando a éste se le había saltado la cadena. Entraron casi de la mano tras dos demarrajes fuertes de ambos y varios cambios de ritmo del de Saxo Bank. Luego, se unieron en un fuerte abrazo en el que los dos ya sabían cuál será el cajón que ocupen el próximo domingo en París.
Situación muy diferente, totalmente diferente, es la que tienen Samuel Sánchez, el asturiano que se quedó unos segundos sin respiración al poco de salir de Pau por una caída, y Denis Menchov, el ruso que acabó cediendo ocho segundos con el que va de naranja. Ambos, Samu y Denis, ya tienen cita para el sábado, cuando llegará el día en el que se decida quién acompañara a Contador y a Schleck en lo más alto de los Campos Elíseos.
Una guerra que se desató instantes después de que Carlos Barredo, que se vio con los mejores en las primeras rampas del Tourmalet, qué oportunidad, lo probase. A partir de ahí, Andy disparó y Alberto y Joaquim Rodríguez, que aguantaría hasta que pensó que iba a explotar y se dejó caer al grupo de Menchov y Samuel, salieron tras él. Fue el fin para los escapados, entre los que estaban Flecha, el bravo catalán, el gracioso del Sky, y Rubén Pérez, que atravesó entre un marea naranja, como en casa, los 174 kilómetros de la 17ª etapa.
Una jornada que sirvió para revivir todas las hazañas de las que han sido testigo esas rampas que dirigen a los ciclistas hacia el cielo, que les ponen en el camino hacia la gloria. Como Lapize, como Bahamontes, el que más veces lo ha coronado, como Eddy Merckx, que creó su mito allí, como Miguel Indurain, el bonachón más legendario del Tour, Andy Schleck y Alberto Contador conquistaron la mítica cima gala y ya forman parte de la historia de Los Pirineos.
Los mejores españoles en meta |
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TOP 3 |
1. Alberto ContadorEl madrileño se mostró fuerte durante toda la etapa. Respondió con facilidad al ataque de Andy Schleck y lo intentó más tarde. Acabó cediendo la victoria parcial al luxemburgués y ocupando el segundo puesto. | |
2. Joaquim RodríguezEl catalán probó a irse con Andy y Alberto, pero pronto se dio cuenta de que lo mejor era esperar al grupo de perseguidores y atacar en la parte final para ser tercero y arañar unos segundos de ventaja con sus rivales en la general. | |
3. Samuel SánchezA pesar de la caída sufrida al comienzo del día, el asturiano acabó quinto y distanció a Menchov en ocho segundos más. | |