El pasado viernes 16 de Julio el Consejo de Ministros dio luz verde al Proyecto de Ley de Economía Social, este hecho a todas luces significativo para el modelo productivo de nuestro país no es más que la continuidad en las políticas económicas de progreso social y economía justa que desde el Gobierno de la Nación se han llevado a cabo en los últimos años, y todo ello con el lema de “Crecimiento económico sí, pero solidario, justo y firme” . Y Todo ello en un país, que alimentado en el caldo de la economía del ladrillazo y el enriquecimiento especulativo de unos pocos ha visto como la inestabilidad de los mercados y la Crisis Economía Mundial ha golpeado duramente nuestra economía.
Por ello, la puesta en marcha de un modelo productivo basado en la mejora de la educación , la inversión en I +D+I y la aplicación de un modelo productivo cimentado en la Economía Social se muestran como herramientas imprescindibles a la hora de poder hacer frente a desafíos y retos de tal magnitud como el paro, la destrucción de PYMES o la caída del consumo , elementos que hoy lastran nuestra economía hacía un pozo oscuro de desanimo en el que la ciudadanía parece haber caído, azuzada en muchos casos por una oposición incapaz de proponer medidas y obsesionada con el único objetivo de una foto de familia en las escalinatas de Moncloa.
La Economía Social se muestra por todo ello hoy como un elemento de presente y futuro en el desarrollo de políticas económicas generadoras al mismo tiempo de un desarrollo económico firme y una acción social de transformación directa tanto en la sociedad como entre quienes a través de las alianzas y la creación de redes de trabajo hacen de la Economía Social una fuente de sinergias positivas para el mercado y la ciudadanía. De esta forma, es en estos modelos cooperativistas, mutualistas y del ámbito de las sociedades laborales entro otros en donde la creación de plusvalías y beneficios tiene como objetivo final la acción social transformadora de la realidad , hecho que al mismo tiempo tiene como consecuencia la generación directa de puestos de trabajo y un fortalecimiento del tejido productivo general.
En definitiva, economía social es sinónimo de democracia distributiva con referencia a la toma de decisiones y la distribución de beneficios, empleo estable y de calidad, arraigo de la idea empresarial al territorio y por último se muestra como una herramienta directamente útil para el sector de los emprendedores/as , que ven como en este ámbito la cooperación directa sirve como motor de arranque a esas ideas en muchas ocasiones denostadas por el mercado empresarial tradicional.
Por todo ello , apostar por la Economía Social es apostar por la Economía de Presente y Futuro. Por un modelo productivo en red capaz de hacer frente a los retos de un tiempo en donde la economía y el modelo tradicional de empresa ha tocado a su fin.