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Sara Massa

Campeona del Mundo

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Aunque todavía parezca mentira, créanselo, España es campeona del mundo. Después de empezar el mundial perdiendo ante Suiza, los de Vicente Del Bosque reaccionaron, encontraron su estilo, un estilo infalible que les llevó a alzar la tan ansiada Copa de Oro el pasado domingo.

España partía como favorita en el Mundial de Sudáfrica y a las primeras de cambio se convirtió en el centro de interés, pero no precisamente por las victorias, sino por la derrota en el primer partido ante los suizos. A partir de ahí la mentalidad de nuestros internacionales cambió, si querían cumplir su sueño había que encarrilar de nuevo el Mundial.

La primera cura llegó ante Honduras ganando por 2 goles a 0. En el último partido de la fase de grupos ante Chile volvimos a cosechar otra victoria, esta vez por 2 a 1 y sufriendo. Esto solo sería el principio de un sufrimiento que nos iba a acompañar durante todo el Mundial. Ganamos y pasamos, como primeros de grupo. Primer obstáculo, Portugal en octavos.

La cita la solventamos por la mínima con un gol del ‘guaje’ Villa que nos metió en cuartos, los malditos cuartos de los mundiales. Esta vez el rival sería Paraguay y en nuestra cabeza, recuerdos. Nos acordamos del balón que no se le escapó a Joaquín por la línea de fondo y del puñetazo a Luis Enrique, injusticias que nos apearon de un mundial en su momento y que no podían volver a pasar.

Por eso ante Paraguay salimos con todo y a por todas. Volvimos a ganar y Villa volvió a repetir. El papel del asturiano con 5 goles en el mundial ha sido intachable. Con estos tres puntos pasábamos por primera vez en nuestra historia a unas semifinales y en el camino se nos ponía otra vez Alemania. Los germanos todavía tenían en el recuerdo la victoria en la pasada Eurocopa con aquel gol mágico de Torres y las cosas no iban a ser nada fáciles.

Pero entonces apareció Puyol, Puyi para los amigos, para enmendar un partido, en el que fuimos mejores, como en todos, pero en el que, como siempre, nos costó una eternidad marcar un gol. El central del Barça remató un córner de cabeza y con un gol espectacular, nos coló en una final de un Mundial. Por fin, en una final…

En el último partido, esperaba Holanda y a partir de aquí todo empezó a cambiar. A este encuentro se llegaba, quizá, con menos presión porque ya se había hecho historia, pasase lo que pasase, los de Del Bosque ya eran unos héroes. En Madrid se preparaba la fiesta, pantallas gigantes por toda la castellana, en Cibeles, y nadie por la calle el domingo a las 20:30h.

En cada rincón de España, la gente se organizaba para ver el partido, con lo amigos, en familia o con el vecino, pero todo el mundo estaba pegado al televisor y yo, por supuesto, también. El partido fue duro, por el juego de los holandeses que repartieron a diestro y siniestro contra los españoles y porque tuvimos que llegar a la prórroga. ¿Pero que sería de la victoria de España sin sufrimiento?

La selección ganó los partido sufriendo y con el corazón de cada aficionado en un puño, y está vez volvió a pasar lo mismo. Pero será por eso que tanto nos gusta nuestra selección. Villa fue el héroe ante Portugal y Paraguay, Puyol ante Alemania y en la final apareció Iniesta, a cuatro minutos del final de la prórroga, para marcar el gol del triunfo y dedicarle el gol a su amigo, el fallecido Dani Jarque.

Cuatro minutos de agonía, de llantos…los cuatro minutos más largos de mi vida. Pero el árbitro inglés Webb, pésimo por cierto, señaló el final del partido. ‘San Iker’ rompió a llorar como un niño y como toda España. Por fin y por primera vez en la historia España era campeona del mundo, campeona…

Campeona del Mundo

Sara Massa
Sara Massa
jueves, 15 de julio de 2010, 00:01 h (CET)
Aunque todavía parezca mentira, créanselo, España es campeona del mundo. Después de empezar el mundial perdiendo ante Suiza, los de Vicente Del Bosque reaccionaron, encontraron su estilo, un estilo infalible que les llevó a alzar la tan ansiada Copa de Oro el pasado domingo.

España partía como favorita en el Mundial de Sudáfrica y a las primeras de cambio se convirtió en el centro de interés, pero no precisamente por las victorias, sino por la derrota en el primer partido ante los suizos. A partir de ahí la mentalidad de nuestros internacionales cambió, si querían cumplir su sueño había que encarrilar de nuevo el Mundial.

La primera cura llegó ante Honduras ganando por 2 goles a 0. En el último partido de la fase de grupos ante Chile volvimos a cosechar otra victoria, esta vez por 2 a 1 y sufriendo. Esto solo sería el principio de un sufrimiento que nos iba a acompañar durante todo el Mundial. Ganamos y pasamos, como primeros de grupo. Primer obstáculo, Portugal en octavos.

La cita la solventamos por la mínima con un gol del ‘guaje’ Villa que nos metió en cuartos, los malditos cuartos de los mundiales. Esta vez el rival sería Paraguay y en nuestra cabeza, recuerdos. Nos acordamos del balón que no se le escapó a Joaquín por la línea de fondo y del puñetazo a Luis Enrique, injusticias que nos apearon de un mundial en su momento y que no podían volver a pasar.

Por eso ante Paraguay salimos con todo y a por todas. Volvimos a ganar y Villa volvió a repetir. El papel del asturiano con 5 goles en el mundial ha sido intachable. Con estos tres puntos pasábamos por primera vez en nuestra historia a unas semifinales y en el camino se nos ponía otra vez Alemania. Los germanos todavía tenían en el recuerdo la victoria en la pasada Eurocopa con aquel gol mágico de Torres y las cosas no iban a ser nada fáciles.

Pero entonces apareció Puyol, Puyi para los amigos, para enmendar un partido, en el que fuimos mejores, como en todos, pero en el que, como siempre, nos costó una eternidad marcar un gol. El central del Barça remató un córner de cabeza y con un gol espectacular, nos coló en una final de un Mundial. Por fin, en una final…

En el último partido, esperaba Holanda y a partir de aquí todo empezó a cambiar. A este encuentro se llegaba, quizá, con menos presión porque ya se había hecho historia, pasase lo que pasase, los de Del Bosque ya eran unos héroes. En Madrid se preparaba la fiesta, pantallas gigantes por toda la castellana, en Cibeles, y nadie por la calle el domingo a las 20:30h.

En cada rincón de España, la gente se organizaba para ver el partido, con lo amigos, en familia o con el vecino, pero todo el mundo estaba pegado al televisor y yo, por supuesto, también. El partido fue duro, por el juego de los holandeses que repartieron a diestro y siniestro contra los españoles y porque tuvimos que llegar a la prórroga. ¿Pero que sería de la victoria de España sin sufrimiento?

La selección ganó los partido sufriendo y con el corazón de cada aficionado en un puño, y está vez volvió a pasar lo mismo. Pero será por eso que tanto nos gusta nuestra selección. Villa fue el héroe ante Portugal y Paraguay, Puyol ante Alemania y en la final apareció Iniesta, a cuatro minutos del final de la prórroga, para marcar el gol del triunfo y dedicarle el gol a su amigo, el fallecido Dani Jarque.

Cuatro minutos de agonía, de llantos…los cuatro minutos más largos de mi vida. Pero el árbitro inglés Webb, pésimo por cierto, señaló el final del partido. ‘San Iker’ rompió a llorar como un niño y como toda España. Por fin y por primera vez en la historia España era campeona del mundo, campeona…

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