Son muchas las voces que llevamos años clamando por la búsqueda de antídoto contra el “discurso de poder” y aún no lo hemos logrado. La tragedia griega y el sicoanálisis hicieron sus pinitos, pero, el “discurso del poder los utiliza y nos los sirve:
Donald Trump pone en cuestión los pilares del Estado y amenaza el “orden”.
Mariano Rajoy se arroga el poder de interpretar las decisiones parlamentarias y de usar sus privilegios para colocar a sus amig@s sobre quienes pesan dudas jurídicas, morales y profesionales. Ya solo faltaban los casos como el de Bárbara Rey.
Veamos, escuchemos o leamos la actualidad vemos un mundo que puede estallar en cualquier momento; un sistema y orden que se caen a pedazos. Lo más triste es que el poder, también tiene nuestro ocio y nuestra mente.
Eso es lo que nos dicen que hay y yo digo que no es así; el objetivo de la catarsis es la sanación. Podemos salir del escenario que nos imponen y, de hecho, ciudadan@s, instituciones, académic@s, polític@s, empresari@s, lo están haciendo; en USA y en todas partes.
“El discurso de la arrogancia”: https://www.rebelion.org/hemeroteca/imperio/040120ortiz.htm ha llegado a su fin, cada vez somos más quienes nos lo tomamos como un “espectáculo” y estamos decidid@s a defender con uñas y dientes nuestra exigencia de un Estado de Derecho trasparente y eficiente.