Aprendí a aceptar mi forma de ser el día que dejé un puesto muy cómodo en una multinacional para irme a una empresa mucho más pequeña. Era ese un proyecto que a mi llegada sólo contaba con mesas, unos archivadores vacíos y una empleada que estaba allí sentada esperando a que le dijese que tenía que hacer. Escuché mil veces que estaba loca, pero, contra el clamor popular que me advertía de que me iba a estrellar....¡acerté de pleno!

Los proyectos que empiezan, los que tienen problemas o los que han dado un paso atrás son los que hacen sacar lo mejor de aquellos que forman parte de ellos.

¿Nunca se han preguntado cuál ha sido el mayor problema del PP o PSOE? Es muy sencillo. Cuando se convirtieron en gigantes se llenaron de mediocridad, de personas sin iniciativa ni principios que lejos de querer luchar por un país mejor, se agarraron a sus respectivos partidos sin el mínimo cuestionamiento ni la más mínima autocrítica que permitiese a esas organizaciones ir a más. Los mediocres suelen inyectar su mediocridad en los proyectos a los que pertenecen y terminan por pudrirlos.

Así que probablemente por eso me gusta UPYD. Los que siguen luchando pese a todas las dificultades no pueden ser mediocres, y mientras no hay mediocridad hay esperanza.

De hecho, no hay nada que pueda estar más alejado de la mediocridad que el gesto de Gorka Maneiro de dar un paso al lado y seguir en el mismo proyecto apoyándolo con todas sus fuerzas. Señor Maneiro, me va a obligar usted a comprarme un sombrero para poder quitármelo ante su altura política, ¡Bravo!

Este fin de semana UPYD ha tenido su congreso del que ha salido elegido un nuevo portavoz, Cristiano Brown.

A Cristiano lo conozco por haber coincidido con él como concejal en el Ayuntamieno de Las Rozas durante el breve suspiro que duró mi carrera política.

He dado muchas vueltas pensando en como describir la idea que tengo de Cristiano como político y hay una palabra que me ha venido a la mente de forma recurrente, “Incómodo”:

El nuevo líder de UPYD y portavoz de dicha formación en el ayuntamiento de Las Rozas es un político incómodo y esto, debo aclarar, lo considero una cualidad imprescindible para alguien que quiera liderar un partido que tiene que rehacerse para volver a ocupar su sitio en el escenario nacional

España está llena de políticos cómodos. Políticos que aún ejerciendo la oposición están dispuestos a no levantar mucho la voz para evitar levantar también ampollas.

Hay un montón de políticos que pactan, en municipios y en parlamentos, medidas que contradicen los idearios políticos de sus partidos y lo que es peor, los principios de sus votantes. Políticos que venden la dignidad de la política por cuatro reales mal contados.

La política sin principios se convierte en marketing, y el marketing tiende a ser agradable pero no lleva a cabo la tarea más importante que tiene un político: ¡Servir a sus conciudadanos!

Vemos cada día a políticos cómodos montando espectáculos públicos representado la comedia política que nos ha llevado a donde estamos. Pero no sean inocentes. Son los mismos que fuera de la cámara se ríen del espectador a sus espaldas pactando cualquier cosa en función de sus espurios intereses e ignorando y despreciando absolutamente el bien común.

Quizás y sólo quizás, los políticos no deberían estar para apoyar que se mantenga el statu quo de muchos de los mal ganados privilegios de los poderosos, mientras hacen espectáculos dantescos de cara a la galería para mantener su imagen Y quizás, sólo quizás, deberían alzar la voz dentro y fuera de los focos y pelear a brazo partido y hasta la extenuación por las necesidades de aquellos a quienes representan y sobre todo, de aquellos más vulnerables y que más les necesitan

Os deseo UPYD, muchísima fortuna para esta nueva etapa de vuestra vida política porque creo firmemente que vuestra fortuna, será la de todos nosotros.

Y si me permitís haceros una petición desde mi humilde posición de espectadora y comentarista, os suplicaría algo encarecidamente:

¡No dejéis nunca de ser incómodos!