Mañana, en La Mancha, en Albacete, tendrá lugar el Campeonato de España de ruta, la joya de la corona de los nacionales de ciclismo. Una cita, normalmente, señalada, resaltada, subrayada en rojo en los calendarios de todos los ciclistas que sueñan con lucir, por un año, por una temporada, los colores de su país allá por donde vayan.
Pero la edición de mañana es distinta, es diferente. Algo ha debido ocurrir esta temporada para que la lista de participantes haya bajado de nivel en gran medida. No estará el “Pistolero”, quien no quiere que nada le impida, ningún golpe tonto, ninguna caída tonta, estar el próximo 3 de julio en la salida del que puede ser su tercer Tour de Francia, su quinta vuelta grande consecutiva.
Tampoco desenfundarán espadas en la tierra de los cuchillos los otros dos ganadores de la ronda gala en activo, Carlos Sastre, el abulense que finalmente ira al Tour, y Óscar Pereiro, el gallego que anda con su jefe Contador de concentración.
Igual sucede con nuestro corredor más rápido, ese que se dedica a destrozar los récords más complicados, ese que responde al nombre de Óscar Freire, que no será de la partida. Como Joaquim Rodríguez, un claro favorito a vestirse de rojo y amarillo. Como Samuel Sánchez, el asturiano que quiere lucirse en la Grande Boucle.
Y no como Luis León Sánchez, que si estará y que ya ha probado el sabor de la victoria muy cerca de Albacete, en Villarrobledo, donde ayer se disputó la prueba contra el crono. La que se adjudicó en medio de una exhibición de su equipo, el Caisse d´Epargne, pues Iván Gutiérrez y Rubén Plaza hicieron que sólo un color luciera en el podio.